Lola Rodríguez debuta en el teatro con 'La gaviota o los hijos de': "Siento tanta ilusión como vértigo"

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Hablamos con Lola Rodríguez la misma mañana del día en que va a debutar en el teatro. Ha llegado la hora de la verdad para ella, de enfrentarse a un nuevo reto al que tiene muchas ganas. Se estrena en las tablas en Madrid, en la sala Exlímite, con la función La gaviota o los hijos de, una adaptación muy libre firmada por Pablo Quijano, que también dirige la función.

Alejandro Jato, Xoán Fórneas y el propio Quijano forman la compañía Los hijos de, y para este proyecto cuentan también con Lola Rodríguez y Tábata Cerezo. Está muy contenta Lola de que le den esta oportunidad de estrenarse en un medio que siempre le ha atraído.

SHANGAY ⇒ ¿Qué sientes ante este debut teatral?
LOLA RODRÍGUEZ ⇒ Es un reto que tenía muchas ganas de que llegara. Siento tanta ilusión como vértigo. Quiero disfrutarlo y aprender, para no ponerme ningún límite como actriz. No voy a permitir que el miedo al juicio de la gente me cohíba y me impida enfrentarme a nuevas oportunidades.

«No quiero ponerme límites como actriz»

SHANGAY ⇒ ¿Cómo surge esta oportunidad?
LOLA RODRÍGUEZ ⇒ Hace un año que Pablo [Quijano] y yo nos seguimos la pista. De repente, iba a reponer esta obra y me ofreció el papel que hizo en su momento Georgina Amorós, porque me dijo que tenía muchas ganas de trabajar conmigo. Ha sido todo rapidísimo, y me lancé a lo loco.

SHANGAY ⇒ ¿Cómo ha sido la experiencia de preparar este trabajo comparado con, por ejemplo, Veneno?
LOLA RODRÍGUEZ ⇒ Cuando hice Veneno estaba aún en el cascarón, como quien dice. Ahora me creo que soy actriz… [risas]. Me lo digo mucho, y preparo los proyectos con más seguridad. Ya no soy tan tímida como cuando empecé, he evolucionado y tengo más confianza en mí misma. Todavía estoy empezando este camino y sé que tengo mucho que mejorar; pero ahora, además de confiar en que a la gente le guste el trabajo, quiero disfrutarlo sobre todo yo. Como me ha pasado en los ensayos.

SHANGAY ⇒ ¿Cómo es esta Gaviota, que en la nota de prensa se define como «un homenaje a las actrices, la madres y a todas las personas que luchar por cambiar la opinión que el mundo tiene de ellas»?
LOLA RODRÍGUEZ ⇒ Apenas tiene que ver con la original. Es una reinterpretación de la reinterpretación, y eso mola. Habla de las diferentes formas en que se puede llegar a ser actriz o actor, y de las diferentes ideas que se tienen de lo que es el éxito. En la obra se dice que da igual de dónde vengas, porque el arte no se le puede negar a una persona, y da igual si no tienes una formación artística. Todos debemos tener la misma oportunidad para que se nos vea como somos, tengamos un pasado y un contexto más o menos válido a ojos de la gente. ¿Eres menos válido para ser actor si sales de un reality, por ejemplo? Hay que acabar con los prejuicios

SHANGAY ⇒ Es un mensaje que encaja perfectamente con tu manera de ver la vida…
LOLA RODRÍGUEZ ⇒ ¡Total! Mi personaje es increíble. Bueno, tengo dos, aunque prefiero no decir mucho de ellos. Y me encanta que se mezcle en la función el teatro con el cine, porque hay una cámara que nos graba continuamente y se proyecta a tiempo real lo que hacemos. Hay mucho estímulo musical, y también momentos musicales increíbles.

SHANGAY ⇒ ¿Es trans alguno de tus personajes?
LOLA RODRÍGUEZ ⇒ No se habla de su identidad ni de su orientación ni nada. ¡Por fin! Lo importante de estos personajes es la pasión que tienen por la interpretación. Cada persona puede contar millones de historias, y que seas trans no debe tener nada que ver a la hora de que puedas hacerlo. Soy actriz, y es importante que el hecho de que sea trans no se convierta en el foco central. Pablo Quijano es un ser de luz que cree mucho en mí; en ocasiones, más que yo en mí misma [risas]. Que confíe tanto en mí lo ha hecho todo muy fácil.

 

SHANGAY ⇒ No podemos terminar si saber cómo has encajado el mazazo de la reciente muerte de Isabel Torres…
LOLA RODRÍGUEZ ⇒ Muy mal. Sigo sin asimilarlo, porque no es fácil. La echo mucho de menos, y se hace duro también pensar que no volveré a estar currando con ella. Me da muchísima pena… Ha dejado un legado precioso, y tanto quienes disfrutamos con ella como quienes solo lo han hecho de su arte no la olvidaremos, eso seguro.