Relatos gais (des)conectados: "Sin fondo" (parte 1)

Temas: Cuéntaseloanto, Erotismo, Pablo Paiz, Relato, Sexo gay

Capítulo 60

“Sin fondo” (parte 1)

(Y)

Hacía tiempo que no estaba tan arriba con alguien, y tenía que ser con él. ¿Cómo la puede tener tan, tan dura?

Me hace gracia notarle colocado, cómo resopla deseando metérmela mientras me clava las uñas sin poder controlar su fuerza. Es justo lo que le faltaba para que me pusiera más cachondo, que me agarre así, que me levante como si no pesara nada, que me apriete el culo hasta dejármelo rojo, que separe mis nalgas con sus dos manos mientras mete su boca entre ellas. Que me domine, que se deje llevar también por mí.

Abro la aplicación, no la había usado apenas desde que me propuse las tres normas, pero creo que hoy es un buen día. Busco entre los perfiles con estrella, hay uno cerca y conectado. “¿A quién quieres invitar, a un activo o a un pasivo?”, me pregunta él. Quiero invitar a alguien, que seamos más, que todo sea más, me da igual quién. Alguien con quien pasarlo bien. Le enseño un par de fotos, en la conversación también hay imágenes mías y frena en una para decirme que a él no le paso esos selfis en el espejo. Celoso. Le digo que a partir de ahora lo haré, y que le enseñaré mucho más. Le invitamos, dice que sí. En la espera se vuelve loco otra vez, yo cierro los ojos. Caigo en un pozo sin fondo de placer, dejo de saber dónde estoy, solo le noto entrar y salir, solo me oigo gemir sin control. Encajamos, no puedo negarlo, hacía tiempo que nadie me hacía desvanecerme de esta forma, perder mi alrededor y sentir, solo sentir. Ojalá él esté teniendo el mismo viaje que yo.

Tocan a la puerta. No le recordaba tan grande, aunque está un poco más mayor. Barba canosa, buen rabo, menudas patas. Es versátil, a mí me ha follado más de una vez, pero quiero ver como X se la mete mientras me besa. Después de comernos la boca y dejarle en calzoncillos, nos metemos una raya los tres. Él ha traído G, yo tomo un poco y me pongo una alarma de una hora. X dice que no, aunque le vendría bien para bajar. Le doy más vino en su lugar, lo engulle casi de un trago. Tranquilo, pequeño fiera, que aún nos queda noche.

El invitado me la termina metiendo a mí primero, X se pone delante para que se la chupe. Vuelvo a caer en ese espacio negro, solo siento el fuego, esta vez multiplicado. Joder, qué pasada. Abro los ojos un poco para mirarle a él, porque se ha movido y se ha puesto junto al otro, pero una embestida me hace cerrarlos de nuevo. Quiero más.

Cambiamos, se va a cumplir mi fantasía. X no duda cuando el nuevo se pone en cuatro delante de él, pero me mira buscando aprobación antes de clavársela entera. Yo les observo, me toco, tomo un poco de nuevo. Que a gusto estoy, pero quiero más.

Vuelvo a abrir la app. No hay nadie. Nuestro invitado está pensando lo mismo que yo, al final lo dice él. “Vamos a la sauna”. Joder, sí, lo necesito. Quiero más. “¿Vamos?” Le digo a X. Vuelve a buscarme, asiente mirándome a la cara. Él también quiere, somos un pozo sin fondo de placer y hoy vamos a hacer que rebose.

Antes de salir por mi puerta me frena. Está nervioso y un poco arriba de más. Me cuenta que ha jugado con alguna pastilla estos meses, pero no está acostumbrado a tanto. Ya vestidos, le doy un abrazo, largo, caliente, me agarra como un niño pequeño y vuelve a apretar sus dedos por encima de mi pantalón. Tranquilo, lo vamos a pasar bien pero vámonos ya, quiero llegar. “Tres normas”, le digo antes de que vayamos hasta allí:

1. No te separes.
2. Escogemos tíos juntos, si uno dice que no es que no.
3. Tu leche es solo para mí.

 

ILUSTRACIÓN: CUENTASELOANTO