Capítulo 61
“Sin fondo” (parte 1)
(Y)
Me tiro de cabeza a la piscina, el agua templada abraza mi cuerpo desnudo invitándome a quedarme en el fondo unos segundos mientras observo curioso todos esos rabos.
Salgo a respirar, pero X está frente a mi buscándome y termino respirándole a él. Se la toco sin importar que nos vean, sigue duro, no puede parar de sonreír mientras me abraza. Qué colocón lleva, de esos que solo tienes las primeras veces que tomas y que nunca se repiten. Que envidia le tengo.
Mientras le devuelvo ese abrazo yo no puedo evitar que se me vaya la vista. Hay gente, no todos merecen la pena pero cada vez que miro a mi alrededor sigo a alguno, y ellos me devuelven la mirada. Hay posibilidades, hay deseo y ganas de saber qué esconden debajo del algodón. Aún mojados vamos hasta la taquilla a por un poco más de combustible, y de camino compramos unas cervezas. Yo me cubro con aquella tela blanca, X ha perdido su toalla por el camino. En la barra nos encontramos a nuestro invitado, que ya tiene una nueva víctima (un rubito de pocos años) y se ha alejado de nosotros. X le invita a seguirnos, volver a juntarnos esta vez los cuatro, pero sus miradas están en otra parte. Puede que nos volvamos a encontrar en la zona oscura de la segunda planta, en el fondo ahora mismo me da igual.
A punto de volver a la piscina, X me pregunta qué hay allí detrás, señalando un pasillo frente a nosotros. No ha entrado nunca. Le pongo media sonrisa mientras le llevo de la mano. Parece más excitado que yo. Entramos a una sala con muy poca luz, barrotes en vez de paredes y una cama redonda en el centro. Nadie está tumbado, solo hay unos cuantos chicos ocultos en las esquinas, tapados, impacientes por que alguien empiece. No veo casi nada con esa luz roja, apenas distingo caras, apenas piel. X se abalanza sobre la cama riéndose conmigo, diciéndome que nunca ha estado en un colchón con esa forma mientras ignora a los demás. El escándalo perturba a algunos, que se piran, pero su desnudez llama la atención de otro que se acerca. Antes de que llegue a tocarnos le freno, un poco más iluminado veo una cara mayor y bonita, llevo mi mano directamente hasta el centro de su toalla y descubro algo que me gusta. X me observa aún tumbado, sin decir nada, mirándonos a los dos. Agarro su mano, la arrastro por ese torso duro y termina en el mismo lugar donde estaba tocando yo. “Menudo rabo”. Ya tienes la aprobación de los dos, me aparto de su camino, llega hasta donde quería estar, se arrodilla junto a X y empieza a chupársela. Noto entonces más movimiento, algunas toallas caen al suelo, manos moviéndose insistentemente. Lo hemos empezado nosotros, nos rodean tres chicos más que para mi sorpresa están muy bien. Nuestro invitado y su nueva víctima entran de repente atraídos por alguno de los gemidos de X mientras se la comen. No sé si es el morbo o la calentura, pero quiero que entren más, que miren.
‘RELATOS GAIS (DES)CONECTADOS’
BREVES RELATOS homoeróticos de ficción ESCRITOS POR el periodista pablo paiz
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ILUSTRACIÓN: CUENTASELOANTO