Tontheridas: "Del popper a la pompa"

Temas: David Rivas, Gay, Juan Carlos Prieto, Tontheridas

DEL POPPER A LA POMPA

Dice la canción que una de las causas principales que hacen que te olvides de alguien es la distancia, y en mi caso he de confesar que eso era precisamente lo que hacía que me acordara más de él.

Ese día estaba en la playa hablando por teléfono con Rodri, separados por algo más de 900 km y discutiendo por noningentésima vez. Aquello tenía el mismo futuro que la carrera musical de Las Ketchup, pues se puede decir que lo nuestro había sido un “one hit wonder” y que en ese punto estábamos representando a España en Eurovisión cantando la canción del bloody Mary… Vamos, que estaba la cosa más muerta que viva.

Nos habíamos conocido en un local de copas hacía año y medio año, y en todo ese tiempo digamos que solo la relación fue bien los dos primeros meses, que fue cuando vivíamos uno cerca del otro. Por trabajo, Rodri se tuvo que marchar a A Coruña y ahí comenzó el principio del fin. No confiábamos el uno en el otro y no nos faltaba razón. Hicimos promesa de vernos al menos un par de veces al mes, pero un mes fue lo que duró la promesa. Me llegaban mensajes de amigos que me decían que lo habían visto en alguna que otra app de “follAPPmigos” pero él me lo negaba. Yo llevaba tiempo pensando en pasar página y ese día lo hice… y vaya si lo hice. De la playa me fui a una sauna que había cerca. Era mi primera vez en un sitio así y, después de hacer una exploración exhaustiva de todo lo que había dentro, me acerqué al chico más guapo que desde que había entrado no paraba de mirarme. Me hizo un gesto para que lo siguiera y allá nos fuimos yo y las doscientas dudas que tenía en ese momento detrás de él. Sabía que debía hacerlo para convencerme de que lo de Rodri estaba más que finiquitado. Nos metimos en un cuarto pequeño y estuvimos un rato hablando. Me dijo que trabajaba allí de chapero, pero que a mí no me iba a cobrar… Creo que en ese momento habría pagado y no porque el tipo se parecía a mi amor platónico Mariano di Vaio, no, simplemente porque tras haber llegado hasta ahí debía terminar aquello que me hizo ir a ese lugar. Pasamos a la acción y a pesar de mis nervios, todo fue viento en “pompa” a toda vela… El popper que no paraba de meterse ayudó mucho a que fuera así. Me marché con una sensación extraña entre arrepentimiento y pesar, pero con muchas ganas de comenzar esa nueva página en blanco que tanto me había costado llegar a pasar.