Capítulo 63
“Nadie se corre” (parte 2)
(X)
Que le proponga locuras y diga que sí. Eso es lo que busco.
Que le diga de follar en la playa y coja las llaves del coche.
Que me toque el paquete mientras conduce, y me la ponga dura durante horas mirando la carretera.
Que coincidamos en canciones durante el viaje y cantemos como chavales en un concierto.
Que lleguemos allí y busque con la mirada el sitio más apartado, sin decirme una palabra, porque los dos sabemos lo que va a pasar.
Que me bese como si a cada rato quisiera morderme, empujando nuestras cabezas y sin dejar las manos quietas.
Que baje a chupármela sin decirle nada, que juegue con la lengua como solo él sabe hacer, rodeándome el capullo mientras me pajea.
Que apoye su mano en mi cabeza mientras le como el culo, y me aprieta la lengua más adentro aún.
Que me ofrezca sus manos para que se las agarre, para que le retenga y pueda apretarlas contra su espalda mientras se la meto.
Que gire la cabeza para verme entrar. Buf, eso me flipa.
Que le diga que me voy a correr y me la pida, me suplique por ella mientras se empieza a pajear y apriete el culo porque nos vamos a correr a la vez.
Que me bese luego, que me abrace y me sienta tan cómodo como para dormirme luego en el coche.
Eso, eso es lo que quiero en un tío. Eso es lo que quiero en alguien, eso es por lo que quiero a Y.
Que me despierte cuando estamos en su casa, me pregunte qué quiero hacer y la única respuesta que tenga sea seguir con él tres puentes más, pero mañana trabajo.
Que me aleje en el metro y empiece a sentir un vacío.
Que llegue a casa y ese malestar se haga más grande.
Que me tumbe en la cama y empiece a sentirme mal, a recordar en imágenes caras de tíos de la sauna con los que no tenga claro qué hice o qué les dejé que me hicieran.
Que piense en todos los que se lo follaron a él, sin protección, sin límite. Sin preguntarme, cuando habíamos quedado en hacerlo todo juntos y no separarnos.
Que me cueste dormir, que me entre ansiedad por no saber muy bien qué he hecho. Que piense que con él todo está bien pero que en unos meses se irá para siempre.
Que se me escape alguna lágrima, pensar que ahora le vuelvo a necesitar y se va a ir.
Pensar que me lo he follado en la playa, pero que no sé si voy a ser capaz de follármelo otra vez si al llegar a casa me voy a tener que sentir así.
‘RELATOS GAIS (DES)CONECTADOS’
BREVES RELATOS homoeróticos de ficción ESCRITOS POR el periodista pablo paiz
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FOTO: @WHEREISLUCASTODAY