Rodrigo Ventocilla, un chico trans peruano, falleció el 11 de agosto tras ser detenido durante tres días por la policía en el aeropuerto de Bali, después de encontrar entre sus pertenencias productos elaborados con cannabis.
Según informan los abogados de la familia, los problemas empezaron a la hora de identificar su género en su documento de identidad. Cuando su pareja, Sebastián Marallano, intentó ayudarle, los oficiales los incomunicaron y maltrataron hasta que Rodrigo –supuestamente– sufrió una descompensación después de haberse visto obligados a ingerir las pastillas. Ventocilla murió cinco días después en el hospital.
La policía de Bali se justificó diciendo que el fallecido poseía drogas y artículos sospechosos en su equipaje, en concreto, 230 gramos de cannabis en brownies y pastillas, según informa la Embajada de Indonesia. Los problemas empezaron a la hora de identificar a Ventocilla con su género; luego lo arrestaron junto a su marido, quien no tenía cargos en su contra.
Los abogados de la familia no supieron de la descompensación que sufrió Rodrigo hasta dos días antes de su fallecimiento, cuando la policía los derivó a primeros auxilios en el hospital de Bhayangkara debido a la frecuencia con la que vomitaban los detenidos. Rodrigo falleció, según el parte médico, por una insuficiencia orgánica múltiple como consecuencia de una excesiva ingesta de pastillas.
La familia ha denunciado este lunes a las autoridades de Bali y al Consulado de Perú por torturar a la pareja durante la detención. Asegura que ambas víctimas de las agresiones fueron maltratadas física y psicológicamente. Les prohibieron hablar con sus familiares y les obligaron a consumir las pastillas que tenía el fallecido entre sus pertenencias.
Rodrigo Ventocilla, economista de 34 años, estaba estudiando en la Universidad de Harvard y había trabajado por la equidad de género y la inclusión social a través de su fundación: la asociación Diversidades Trans Masculinas en Lima. La familia asegura que los oficiales actuaron de manera tránsfoba y que su muerte ha sido causada por el maltrato al que fueron sometidos. El Consulado de Perú se desentiende de dicho maltrato y atribuye la detención a las pastillas ilegales encontradas en su equipaje.