Luke Evans sustituirá a Daniel Craig en la nueva película de James Bond, y ha surgido la polémica con respecto a su orientación sexual. A lo largo de la historia de esta producción, todos los actores que han interpretado al famoso agente secreto eran heterosexuales, por lo que la orientación Evans se ha convertido en el tema de la semana.
El famoso actor británico, que ha protagonizado películas como El Hobbit y La Bella y la Bestia, no acaba de entender por qué están circulando este tipo de rumores acerca de su sexualidad, y ha dejado claras sus ganas de interpretar al agente secreto: “No creo que mi sexualidad sea relevante para hacer el papel”.
Desde que salió del armario en 2002 nunca se ha sentido avergonzado de su sexualidad, e insiste en que su vida profesional y su vida personal son cosas distintas, que no deberían influir la una en la otra.
Según Henry Goldin, «la diversidad no debe ser un factor a la hora de elegir un actor u otro”. Lo que debe representarse es la esencia del personaje. No obstante, sí es cierto que los productores están intentando reflejar la diversidad en sus películas, tal y como sucedió con el papel queer de Lashana Lyinch en la anterior película de Bond, No hay tiempo para morir.
Barbara Broccoli, productora de la película, ha declarado que James Bond podría ser perfectamente un actor no binario en alguna peli futura, y que el personaje está abierto a nuevas interpretaciones. Lo único que no es negociable es que el actor tiene que ser británico.
Miedo a salir del armario en Hollywood
Cada vez es más común encontrarse con alguna salida del armario espontánea en el mundo del cine y esto es porque el lobby gay es más abundante en Hollywood. No obstante, esto no siempre ha sido así, y muchos actores han tenido que dejar su sexualidad al otro lado de los focos porque la sociedad todavía no estaba preparada verlo.
Desde ese primer beso lésbico de Marlene Dietrich en El ángel azul, las cosas han cambiado mucho. Sin embargo, la representación LGTBIQ+ de Hollywood se encuentra en mínimos históricos, y el foco del problema sigue siendo el mismo: la homofobia.
Uno de los problemas clave es la falta de acceso a papeles heterosexuales por parte de actores gais, lo que ha llevado que muchos de estos no salgan de armario, debido al miedo de ser categorizados. Tal y como apuntó Kate Winslet en una entrevista, los hombres gais sufren todavía mucho estigma ya que se cree que haciendo de heterosexuales no resultarían tan convincentes. La actriz de Titanic reafirmó que este hecho debería ser ilegal y que está muy extendido, desgraciadamente, en la industria cinematográfica.