La fundación de Federico Armenteros inauguró su nuevo espacio en la calle Fray Ceferino González nº 4. Su objetivo es continuar siendo un espacio seguro para las personas LGTBIQ+. Este nuevo local tiene 400 metros cuadrados y servirá como centro de reunión de personas del colectivo y como sede de todas las actividades de la asociación.
“Este nuevo local satisface la demanda de las personas que atendemos, ya que nuestra antigua sede, en la calle Amparo, se había quedado pequeña. Nuestra intención era que este espacio fuera un lugar de encuentro de las personas mayores de la comunidad. Aquí pueden venir a tomar un café, descansar… Además, queremos que este centro sea un punto de encuentro para todas las personas LGTBI para fomentar la intergeneracionalidad y el debate”, explica Armenteros.
El espacio es diáfano y transparente, un edificio abierto de dos plantas y numerosas salas para actividades. La primera planta consta de un gran salón donde los mayores se podrán reunir y socializar. Junto a él se encuentran dos salas multiusos, una donde lo mayores podrán representar obras de teatro e interactuar, y otra donde podrán seguir lo que ocurre en el mundo a través de sus ordenadores. También hay una consulta para hacer pruebas de VIH abierta a todo el público.
En el salón hay dos salas contiguas donde varios profesionales dan servicio psicológico y de integración social a los mayores, porque muchos de ellos arrastran problemas que la asociación quiere cubrir. Uno de los más importantes es la vuelta al armario cuando les toca vivir en una residencia o asisten a centros de día donde se sienten marginados.
La parte administrativa se encuentra en la planta baja. Es el lugar donde se preparan todas las tareas de la organización, desde el voluntariado hasta la financiación pasando por la ayuda psicosocial. “Desarrollamos programas afianzados como el de alojamiento, voluntariado, psicología, socialización y servicio de ayuda a domicilio”, explica Armenteros.
“Sabemos que todavía tenemos que llegar a más personas mayores de nuestra comunidad, que todavía siguen asiladas, en soledad y vulnerables”, reconoce. La Fundación se ha convertido en un espacio seguro para las personas mayores LGTBI y han llegado a ayudar a unas diez mil personas. En ella han podido socializar, recibir atención especializada, participar, ser visibles y conocerse mejor.
Durante la comparecencia se ha anunciado también la apertura de la nueva residencia LGTBI+ José Maza «en unos meses”, porque todavía están en la fase de obra y acondicionamiento. “Esto será un hito para la comunidad LGTBI y la sociedad plural española, que volverá a situarse como un ejemplo mundial de avances sociales”, añade Armenteros. Al acto han asistido varios representantes de las administraciones estatal, autonómica y municipal, así como otras entidades sociales, empresas y colaboradores.
Vuelta al armario en la tercera edad
Un tema escasamente tratado son nuestros mayores LGTBIQ+. Casi dos terceras partes de ellos y ellas han experimentado intimidaciones tres veces en su vida, según indica un estudio de Sage. Por causa de esta discriminación, tienden a asilarse y a tener una salud mental y física más deficiente. Tal y como explica el estudio, “al menos el 60% de los adultos mayores LGTB reportaron la falta de compañía; más del 50% afirmaron sentirse aislados de los demás”.
Según la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales e Intersexuales (FELGTBI), “puede que personas LGTB accedan a los servicios de agencias de geriatría, pero prefieran ocultar o mantener en secreto su orientación sexual o identidad de género y se refieran a sus parejas o seres queridos como un ‘amigo’, ‘compañero’ o ‘hermano’, e incluso es posible que otras se resistan por completo a acceder a agencias y servicios de geriatría, y soliciten ayuda médica en caso de emergencia». La creación de un espacio seguro para personas mayores del colectivo por parte de la Fundación 26 de diciembre intenta poner solución a esta problemática con el objetivo de que no estén solas durante la última etapa de su vida.