La Unión Europea de Radiodifusión (UER) anunció en agosto una lista de veinte ciudades que iban a competir por ser la sede de Eurovisión 2023. Posteriormente, se hizo una criba y quedaron siete.
Ahora, la UER ha hecho una selección entre estas siete ciudades y ha acotado a dos el número de opciones. Birmingham, Leeds, Manchester, Newcastle y Sheffield han sido descartadas para albergar el festival en 2023, y han quedado como finalistas Liverpool y Glasgow.
La UER publicó un vídeo ayer, 27 de septiembre, en el que mostraba algunos monumentos y lugares emblemáticos de las dos localidades británicas. Martin Österdahl, supervisor ejecutivo del Festival de la Canción de Eurovisión, agradecía a las siete ciudades preseleccionadas “que pusieran tanto esfuerzo y entusiasmo en sus ofertas para albergar el festival del próximo año en nombre de Ucrania”.
El reto de albergar Eurovisión
Como recuerda La Vanguardia, existen una serie de requisitos para que una ciudad sea la anfitriona de Eurovisión: “Una alta capacidad hotelera, que el recinto elegido para celebrar el festival pueda albergar a miles de personas con comodidad, y las comunicaciones, es decir, el transporte y la accesibilidad al recinto eurovisivo”.
Österdahl aseguró que Liverpool y Glasgow son las mejores opciones para celebrar el festival. “Estamos seguros de que nuestras últimas dos ciudades son las mejor ubicadas para enfrentar este desafío, y esperamos continuar nuestras conversaciones para elegir la que albergará el evento musical más grande del mundo el próximo mes de mayo”.
Los pabellones que podrían albergar el festival son el OVO Hydro Arena en el caso de Glasgow (recinto en donde se grabó la película Festival de la Canción de Eurovisión: la historia de Fire Saga), y el M&S Bank Arena en Liverpool.
Una edición marcada por la polémica
Este año, Eurovisión no escatima en polémicas. La victoria de Ucrania el año pasado recibió duras críticas por parte de muchos eurofans, que la tachaban de injusta, y aseguraban que el país había ganado por la compasión del público.
Por otro lado, la imposibilidad del país de albergar el festival debido a la invasión de Rusia (a pesar de que el presidente Zelenski intentase proponer Kiev como anfitriona), hizo que la UER pasara el testigo al país del segundo clasificado. Será, por tanto, la primera vez desde 1997 que Reino Unido organizará el festival, aunque no será por haber ganado.
Cada vez hay más expectación por saber cómo combinará Eurovisión la cultura de dos países tan distintos como Ucrania y Reino Unido. ¿Las postales se grabarán en tierras británicas o en los lugares de Ucrania que ahora sufren las consecuencias de la guerra? ¿Desembocará esta edición en una nueva polémica, sobre todo ahora que el conflicto entre Rusia y Ucrania entra en una nueva fase?