Teresa Fernández-Valdés, creadora de 'Nacho': "Tuve claro que Martiño Rivas debía ser Nacho Vidal"

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Está claro que las series de Bambú Producciones son como hijos para Teresa Fernández-Valdés, y seguro que sería imposible que eligiera una. Pero de lo que no cabe duda es de que ahora mismo está entregada a Nacho, de la que es showrunner, y que se estrena en marzo en Atresplayer Premium.

La idea original la desarrollaron Gema Rodríguez Neira, Diego Sotelo y la propia Teresa, que está muy orgullosa de que por fin llegue a buen puerto, tras ciertas vicisitudes, y que el público la vaya a disfrutar ya en breve. «Me parecía muy interesante abordar un tema como el porno», dice. «Y aún más hacerlo desde una figura tan controvertida como Nacho Vidal«. Al que da vida el actor que posa junto a ella, Martiño Rivas.

 

Para Teresa Fernández-Valdés es también muy importante que un mundo tan machista se muestre en Nacho desde una visión femenina («porque la protagoniza un macho man testosterónico»), la suya –como creadora– y la de sus guionistas. «En España parece que seguimos sin querer hablar de sexo», apunta.

Y continúa: «Para defender o criticar una materia hay que profundizar en ella, y nosotros tuvimos claro que debíamos entender las reglas del juego del porno. Descubrimos un mundo apasionante. Y yo estaba muy interesada en buscar la posible vulnerabilidad del protagonista».

Fernández-Valdés, tan intuitiva, supo enseguida quién era el actor perfecto para encarnar a Vidal. «La gente va a descubrir una cara de Martiño Rivas que no se ha visto ahora. Tuve claro que debía darle vida él, sentía que le faltaba su gran papel protagonista», dice con orgullo. «Y no es una serie que intente lavar la imagen de Nacho Vidal; se le retrata con sus claroscuros. Por sus elecciones vitales va a ser una persona polémica siempre».

«Tengo fama de ser una tía cañera al negociar. Pues sí, negocio igual que los hombres»

Si Bambú siempre se relaciona con éxitos tan grandes –y blancos– como Fariña, Las chicas del cable o Velvet, sin duda Nacho supone un cambio de registro importante. «Cuando algo te sale bien, la tendencia es que los clientes te pidan siempre lo mismo. Pero como creadora tengo más inquietudes, no solo la de hablar de universos femeninos y contar historias blancas. Como productores, y para mí como creadora, esta serie ha supuesto todo un reto».

Confiesa que no fue fácil ponelar en pie. «Muchos actores renegaron del proyecto incluso sin haber leído una página, hubo localizaciones que nos fueron denegadas simplemente por el tema de la serie, nos rechazaron licencias de música que queríamos utilizar… Todo eso me hizo ver lo necesaria que era Nacho«.

Teresa Fernández-Valdés es, a día de hoy, la única española en haber recibido una medalla de honor en el MIPTV de Cannes (en 2018). «Habría que investigar cuántos hombres españoles la tienen, si los hay», deja caer. Es una mujer que, obviamente, se ha tenido que abrir camino en una industria dominada por hombres.

¿Ha tenido que elevar sus niveles de testosterona para hacerlo? Se ríe al escuchar la pregunta. «He sido una tía muy brava desde niña, y nunca me he sentido una mujer en un mundo de hombres, siempre he estado en el lugar que debía, en el momento adecuado. Tengo una carrera llena de fortuna».

Es también una mujer de carácter. «Me ha tocado ser una tía rígida, firme, pero no por eso he renunciado a ser muy mujer. Pero sí, hay un componente de testosterona que me acompaña siempre. Me he sentido en todo momento respetada».

Celebra que cada vez sean más las mujeres que, como ella, sienten que se las valora en igualdad de condiciones. «Hay cargos directivos, sobre todo en términos de contenido, que los ocupan fundamentalmente mujeres. Hay una faceta creativa muy reforzada en ese sentido».

Pero es consciente de que queda mucho por conquistar. «Yo, que siempre he sido una mujer de negocios, es ahí donde menos mujeres veo, es un universo que sigue perteneciendo mayoritariamente a despachos de hombres. Como la empresa es mía junto a Ramón Campos, a mí sí me ha tocado lidiar mucho con bancos, mesas de negociación…». Y Teresa, encantada. «Sé que tengo fama de ser una tía cañera al negociar, y que al principio había personas a las que eso les chocaba… Pues sí, negocio igual que ellos».