Capítulo 64
“Viajar y follar” (parte 2)
(Y)
Somos cuatro en mi habitación. El primero al que hemos invitado tenía un amigo, te ha parecido buena idea. Mientras los tres os turnabais para metérmela me ha escrito otro bombón, me ha dicho que podía traer más mefe y un bote, pero que quería ser el primero que me preñara. Le he mandado la dirección en el siguiente mensaje.
Me está gustando de más esta faceta tuya, en la que te guste mirar cómo me follan, que les vayas indicando y que ellos te obedezcan como te obedezco yo. Que sepan que soy tuyo y que tú eres el que mandas aunque les haya invitado a mi casa.
«Viajar y follar», has dicho en un momento de colocón. Si solo supieras a todos los lugares donde he viajado yo, a todos los lugares donde te llevaría conmigo. A todos los sitios donde ya me has llevado sin darte cuenta. “X”, supongo que habla la droga por mí, supongo que son tus manos rodeándome la nuca por detrás mientras me respiras cerca, supongo que será tu polla entrando en mí, aunque ya estoy más que abierto parece que la tuya me hace sentir más, más que con cualquiera, pero te tengo que decir una cosa: me gustas, me gustas de verdad. Si no, no estaría haciendo todo esto contigo, viviendo todo esto contigo y fijándome más en ti que en los otros tres chicos que parece que vuelven a esperar su turno mientras tú te cobras el premio.
Pero el morbo me abandona. ¿Me gustas tú o me gusta lo que siento cuando estoy contigo? Porque no es lo mismo, y ya me he confundido muchas otras veces. Será que eres mucho más joven que yo, y no solo porque nacieras después. Será porque aún me embistes con esa energía que solo tienen los chicos que acaban de salir de la universidad, o los que acaban de descubrir que le gustan los chicos después de años reprimiéndose.
Será porque sigues mirándome de esa forma cuando hablo, cuando digo algo que te gusta, y me doy cuenta de que te estás…, evitemos la palabra prohibida. Será porque sé que hace unos meses no te hubiera molado tanto la idea de traer a más de tres tíos con nosotros en la habitación, mirando cómo me haces gemir. Pero te estoy haciendo cambiar, estás cambiando por mí. Y yo no soy nadie para que cambies. Es un dato que he tenido que aprender con el paso del tiempo.
ILUSTRACIÓN: ISMAEL ÁLVAREZ
Un miembro ajeno me despierta de mis distracciones. Le has dejado que se acercase a mi boca. Lo acepto. Al rato son dos, y me pongo a comer como un cabrón mientras me miras. El tercer desconocido empieza a jugar con mi cuerpo mientras sigues dentro de mí. Joder, se me olvida todo. Te agarro la mano, la pongo en mi pelo. Aprieta, coño, aprieta la cabeza para que me la meta hasta el fondo, tú escoges cuál.
Sé que has dudado al principio, lo he visto tu cara, pero ahora la misma me dice todo lo contrario. Vamos a acabar en la sauna.
‘RELATOS GAIS (DES)CONECTADOS’
BREVES RELATOS homoeróticos de ficción ESCRITOS POR el periodista pablo paiz