Esta ley supone un avance en los derechos LGTBIQ+, puesto que entre sus puntos clave se encuentra el cambio de sexo en el Registro Civil, algo que hasta la fecha únicamente se había podido realizar teniendo un informe médico o psicológico que determine la “disforia de género”, además de la hormonación obligatoria. Dicho trámite tendrá un plazo de tres meses para ser ratificado.
Por otro lado, esta medida estará al alcance de menores de 16 años, pero será necesario el consentimiento de sus padres. En caso de que no lo dispongan, se nombrará un defensor judicial para valorar el caso. Los menores de 12 años solamente podrán cambiar su nombre en el registro.
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📹 La ministra de Igualdad, @IreneMontero, interviene en el debate parlamentario de la 🟢 Ley Orgánica de Salud Sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo en el pleno del @Congreso_Es 👇🏾https://t.co/udHgTSfoxB
— Ministerio de Igualdad (@IgualdadGob) February 16, 2023
Esta ley también incluye nuevas medidas relacionadas con el colectivo LGTBIQ+, como el acceso a la reproducción asistida, la filiación de los hijos de parejas lésbicas sin que tengan que estar casadas o la garantía de la igualdad del colectivo en los centros de trabajo así como en el ámbito sanitario y escolar. Además, se multará a quienes practiquen terapias de conversión independientemente del consentimiento prestado por la persona o sus tutores legales.
A pesar de que las enmiendas propuestas por el PSOE, que limitaban el proceso de autodeterminación, fueron retiradas para la tramitación del texto, la senadora balear del PSOE Susanna Moll ha roto la disciplina de voto, como hizo en su día la exvicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo.
En las calles el debate sigue vivo. Estas disrupciones entre las feministas a favor y en contra de la ley volverán a ser visibles el próximo 8 de marzo, ya que van a manifestarse por separado, como ocurriera el año pasado.