Diego Ibáñez: "Los hombres heterosexuales no salen bien parados en la nueva temporada de 'Cardo"

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Semana a semana, se estrena un nuevo episodio de Cardo, cuya primera temporada supuso una auténtica revelación. Producida por Los Javis y creada por Ana Rujas (también protagonista) y Claudia Costafreda (su directora), Cardo impactó cuando se estrenó por lo bien que retrata a toda una generación de personas nacidas en los 90.

Rujas brilla encarnando a María, su atribulada protagonista, que de nuevo vuelve a vivir historias en ocasiones surrealistas, en otras, muy duras, y siempre creíbles. Supuso una sorpresa la aparición de Diego Ibáñez en la primera temporada interpretando a Gabriel, un pijo al que seguro que le encantaría el tema Cayetano de Carolina Durante.

 

En la segunda temporada, reaparece Gabriel, aunque ya no es el mismo –al menos en apariencia– de la primera. Todavía colgado por María, su reencuentro resulta –como su historia previa en Cardo– divertido, sexy y crudo a la vez. Como sucede con mucho de lo que pasa en la serie.

SHANGAY ⇒ ¿Qué te ha parecido como espectador esta temporada de Cardo?
DIEGO IBÁÑEZ ⇒ La vi por primera vez entera en la premiere, y me quedé shockeado. Iba relajado porque sabía que tanto Los Javis como Ana y Claudia estaban contentos con cómo había quedado. Por primera vi me vi realmente actuando, sobre todo en una escena concreta que tenemos Ana y yo [evitaremos cualquier spoiler]. En la primera temporada me pude aprovechar de los nervios y la timidez que sentí en ciertos momentos para el personaje. Esta vez ya no, y yo también estoy contento de lo que he hecho.

SHANGAY ⇒ ¿Se te hace raro dar entrevistas en solitario en las que hablas de todo menos de música?
DIEGO IBÁÑEZ ⇒ Me parece entretenido. A mí la promoción no me molesta, y agradezco las buenas entrevistas, aunque a veces me raye cuando las leo. También hago muchas entrevistas solo en boca del grupo, así que estoy acostumbrado. Hay algo que agradezco de hacer promo de Carolina Durante: yo no hablo mucho, y entre nosotros no hablamos demasiado las cosas. Cuando nos entrevistan es cuando más hablamos entre nosotros, es algo preocupante [risas].

SHANGAY ⇒ ¿Te imaginabas algún día hablando sobre tu papel en una serie?
DIEGO IBÁÑEZ ⇒ Jamás. De pequeño sí fantaseaba con la idea de cantar sobre un escenario, pero es que no había actuado en mi vida hasta Cardo. Ni en el colegio. De hecho, en el colegio se hizo una obra de teatro, siendo pequeños, en que éramos 60 alumnos, y todos tenían un papel. ¡Menos yo!

Por darme un rol, me dieron el de apuntador. Fue dramático para mí, y no se lo conté a mi madre hasta que salió lo de Cardo, porque en su día me daba muchísima vergüenza. Me dijo que si se hubiese enterado en su día habría ido al colegio a montar un pollo. Está claro que la profesora me tenía manía…

SHANGAY ⇒ ¿Cómo vives todo lo que genera Cardo?
DIEGO IBÁÑEZ ⇒ Con mucha ilusión. La primera temporada la viví a la vez con ilusión y angustiado, porque me daba miedo cagarla. Lo que quería era sumar y demostrar que había sido una buena elección. Con esta segunda ha sido distinto; hubo momentos del rodaje en que realmente disfruté, y ahora siento Cardo más mía. No puedo estarles más agradecido a Ana y a Claudia.

SHANGAY ⇒ En esta temporada, el tuyo es de los pocos personajes masculinos con relevancia. Y tampoco es que quede muy bien parado [no habrá spoiler]…
DIEGO IBÁÑEZ ⇒ [Risas] Los hombres heterosexuales, en general, no salimos bien parados en esta temporada. No entraré en la historia del otro personaje masculino con importancia, que sale en el tercer capítulo por no destripar nada. Es evidente que Ana y Claudia han querido mostrar situaciones que quizá ellas han vivido de manera parecida en la realidad. No creo que busquen dejar al hombre en mal lugar…

SHANGAY ⇒ A los tradicionalmente guapos, sí…
DIEGO IBÁÑEZ ⇒ Hay cierto tipo de belleza que cae mal, tanto en hombres como en mujeres. Mi padre siempre decía «la naturaleza equilibra», aunque yo no estoy de acuerdo con eso, porque el equilibrio no siempre lo veo claro [risas]. Pero soy consciente, en cualquier caso, de que mi personaje deja que desear. Dentro de una serie que tiene un ritmo frenético y que representa bien el momento que vivimos, en el que todo es un scroll continuo.

SHANGAY ⇒ En esta temporada tienes una escena de sexo menos explícita que en la primera. ¿Lo has agradecido?
DIEGO IBÁÑEZ ⇒ Te mentiría si te dijera que no [risas]. Estuve más tranquilo rodándola, y eso que me la pasé en calzoncillos entera. Estuve más cómodo, aunque reconozco que todavía siento pudor en situaciones así. Para aquella famosa escena de la primera me pimplé tres o cuatro buenos copazos antes…

SHANGAY ⇒ Con momentos muy celebrados [relacionados con una erección, para quien no la haya visto todavía] que están inmortalizados para siempre en las redes…
DIEGO IBÁÑEZ ⇒ Bueno, me hace gracia, yo qué sé… Era consciente de que eso pasaría, a ver [risas]. Pero es algo que prefiero no pensar; igual que cuando das una entrevista es mejor no pensar que va a quedar ahí para siempre.

 

SHANGAY ⇒ ¿Has llegado a sufrir el síndrome del impostor?
DIEGO IBÁÑEZ ⇒ No me ha dado tiempo [risas]. No me considero nada; no me siento actor ni de broma. En la música sí lo sufro: no soy músico, no toco ningún instrumento… Ojalá sufrirlo algún día como actor, porque significaría que he podido llegar a trabajar de ello. Ojalá me den oportunidades, porque estoy abierto a que lleguen, ahora ya lo tengo claro. Y ojalá superarlo, claro.

SHANGAY ⇒ ¿Habrá más temporadas?
DIEGO IBÁÑEZ ⇒ En el estreno, Ana y Claudia dijeron que no. En caso de que sea finalmente verdad, que piensen en el personaje de Gabriel para un spin-off, un Cardo 2.5 [risas]. Y que salga bien parado.