El pasado martes, el municipio de Sallent, un pequeño pueblo de la provincia de Barcelona, fue golpeado con una tragedia. Dos gemelos de 12 años, Leila y su gemelo trans Iván se precipitaron desde el balcón de su vivienda. Iván perdió la vida al instante, mientras que Leila sobrevivió y fue trasladada al Hospital Parc Taulí, donde permanece ingresada en estado grave.
Todo apunta a que se trata de un suicidio, ya que en el interior de la casa se encontraron dos cartas, en las que tanto Iván como Leila indicaban que el salto era voluntario. La Generalitat quiso descartar en un primer momento que esta tragedia fuese debida al bullying, y apuntó que podría deberse al entorno social o familiar.
Este ‘suicidio colectivo’ ha sorprendido a los investigadores del caso. Afirman que “cuando alguien se quita la vida lo hace siempre de forma individual, es un acto íntimo, no está acompañado”. Los Mossos d’Esquadra están investigando la vida de Iván y Leila para determinar las causas que podrían haber impulsado a los hermanos a saltar. Principalmente, están analizando las cartas donde los menores explicaban los motivos de su suicidio. Parecen estar relacionados con la incomprensión por la identidad de Iván y el apoyo incondicional que Leila sentía por su hermano
El Ayuntamiento de Sallent también descartó la posibilidad de bullying y no contemplaba la posibilidad de un caso de acoso escolar. Desde el centro educativo aseguraron que tanto Iván como Leila recibían atención psicológica y que contaban con el seguimiento de una educadora debido a su situación “familiar y social”.
Por otro lado, los agentes han indagado en el entorno de los hermanos, preguntando a amigos y compañeros de instituto, además de rastrear sus redes sociales. Los allegados de Iván y Leila han denunciado que recibían burlas debido a su origen argentino, e Iván en particular por ser trans. Los Mossos d’Esquadra no descartan ninguna hipótesis, y el vecindario parece tener claro que el acoso sufrido por Iván y Leila era real. Alguna vecina también señalaba que una hipótesis no descartaba a la otra. Tener un entorno familiar desestructurado no descarta la posibilidad de sufrir bullying.
Al parecer, los padres de los menores se habían dirigido en varias ocasiones a la dirección del centro educativo. Se quejaban de que muchos días los hermanos llegaban “fastidiados” a casa. Además, una vecina también apuntaba que “en este pueblo si eres nuevo, o extranjero, no te aceptan”. Muchos de los compañeros del instituto de los hermanos han explicado que “era un secreto a voces” que tanto Iván como Leila tenían problemas en clase. Además, también señalaban que cuando Iván se cortó el pelo y manifestó su intención de transicionar, las burlas se intensificaron.
Una compañera del instituto explicaba abatida la situación de Iván y Leila. “Era un grupo numeroso el que las acosaba, instigado sobre todo por tres chavales. Las llamaban ‘las argentinas’ y se reían de ellas por el acento. Las chicas tenían alguna que otra amiga, pero en general se las consideraba conflictivas, y siempre que algo sucedía estaban involucradas”. Los alumnos del colegio especulan que el suicidio de los gemelos era algo preparado, y aseguran haberlas visto “especialmente tranquilas” esta última semana antes de la tragedia.
En cuanto el vecindario descubrió la tragedia, se improvisó un altar en el lugar del suceso. Al terminar las clases, muchos de los compañeros de Iván y Leila se acercaron al altar, en lo que fue una espontánea vigilia. Este altar frente a la puerta del domicilio del fallecido se ha ido llenando de mensajes y postales en su memoria. Nada volverá a ser lo mismo en Sallent después de esta tragedia: descansa en paz, Iván.