El castigo es un auténtico descubrimiento que encantará tanto a los amantes del cine de suspense como a quienes disfrutan dejándose sorprender con un drama que tiene muchas capas, que poco a poco se van descubriendo.
Es una película muy especial que fue muy bien acogida en el reciente Festival de Málaga. El castigo es una nueva muestra del talento tras la cámara de Matías Bize.
Rodada en un único plano secuencia, en tiempo real, el espectador acompaña a los protagonistas, unos padres que se enfrentan a una situación de lo más angustiosa.
Ana y Mateo buscan a su hijo después de haberlo dejado unos minutos solo como castigo por portarse mal. Esta búsqueda desesperada tiene como escenario un bosque y una carretera como único espacio.
En apenas 85 minutos, la pareja tendrá que enfrentarse al miedo, a la culpa, a la fragilidad de su unión y a la más dura de las revelaciones, que llega casi al final.
Magníficamente protagonizada por una excelsa Antonia Zegers y por Néstor Cantillana, El castigo empieza como una cinta de suspense, para poco a poco ir revelándose como mucho más.
Matías Bize, premiado en Málaga como mejor director, explica: «La película empieza en mitad del conflicto y mantiene el suspense sobre el motivo del castigo. Busco que la audiencia se implique emocionalmente y que acompañe a los personajes a descubrir sus secretos».
Continúa Bize: «El suspense de la narración se basa en si encontrarán o no al chico con vida antes de que llegue la temida noche, pero lo interesante también es el descubrimiento gradual de la verdad que ocultan los personajes. La audiencia será cómplice de sus mentiras, de lo que intentan esconder, y esto permitirá formar parte de sus contradicciones, miedos y debilidades».
Buscaba Bize tranmitir un absoluto realismo, y por eso quiso que El castigo se desarrollara en tiempo real. «Permite vivir la película de una forma cruda y despojada de accesorios. Sigue de cerca a los personajes y descubre con ellos la historia que se nos revela gradualmente».
Y es que ese castigo con el que arranca la cinta se convierte en mucho más. En palabras de Matías Bize, «en un acontecimiento sin vuelta atrás. El castigo ha sido para mí un reto por su forma y porque es un drama con una profundidad real».
EL CASTIGO SE PROYECTA YA EN CINES