El actor sevillano Pablo Chaves está disfrutando mucho la experiencia de formar parte del reparto de Algunos días, que se verá en la sala de la Princesa del Teatro María Guerrero de Madrid desde el 21 de abril. «Los ensayos están siendo un lujo, porque no hay rastro de tensión o tiranía, y se agradece mucho».
Claro, si lo dice Chaves es porque es algo que ha vivido antes. «Así es, y si te pegan gritos mientras creas es un rollo«, dice entre risas. «Cristina trabaja desde el respeto y la empatía, da gusto». También es actriz –de hecho, forma parte del reparto de su obra–, y eso se debe notar.
Cristina Rojas tiene una larga carrera como actriz, y ha confesado que su gran sueño era actuar en el Centro Dramático Nacional. Escribió Algunos días, y su sueño se ha hecho realidad. A partir de experiencias concretas que ha marcado su vida ha creado esta función. «Es autoficción; obviamente, Cristina la ha escrito sobre lo que conoce y ha vivido», explica Chaves. «Pero aunque algunas situaciones son muy cercanas a su realidad, el conflicto de la obra va por otro lado«.
Según lo ve Pablo Chaves, lo que realmente se plantea está función es de dónde nace la necesidad de crear, y bucea en los motivos por los que artistas como ellos se esfuerzan por hacer teatro. Chaves da vida a un personaje clave en la vida de la autora, aunque esta le ha pedido que no lo desvele, porque desea que se sepa lo menos posible de Algunos días antes de verla.
«Lo que sí te puedo decir es que mi personaje vive los que son mis momentos preferidos de la obra, es una parte preciosa. Me encanta lo que aporta», confiesa Pablo. Igual que celebra que todos los intérpretes luchen tanto desde hace siglos por dignificar una profesión complicada, «y es algo que también aparece en la función. Y se identificará cualquiera que trabaja por desarrollar su pasión y su vocación«.
Lo sorprendente –o no– es que Pablo Chaves no se cierra a una única pasión artística. «Deseaba hacer teatro desde niño, pero no me planteaba que se pudiera hacer realidad porque nací en un barrio fascista [Los Remedios, en Sevilla]. Me puse a estudiar Arquitectura, y durante la carrera pensé que, si solo vivimos una vez, no podía quedarme sin actuar». Así que, cuando terminó la carrera, se fue a Madrid a estudiar Arte Dramático («y a la vez trabajaba en un estudio de arquitectura»).
Aunque asegura que actuar es lo que más le gusta en el mundo, de repente comenzó a coquetear con la escenografía de la mano de Marta Pazos. «Lo disfruto tanto que ahora hago muchos proyectos como escenógrafo». Por su trabajo en Cucaracha con paisaje de fondo, de hecho, acaba de ser nombrado finalista al Premio al mejor diseño escénico en la XXVI edición de los premios Max.
«Apuesto por intentar hacer realidad todos los sueños que van apareciendo en mi vida»
Pablo Chaves lo tiene claro: «Apuesto por intentar hacer realidad todos los sueños que van apareciendo en mi vida, o se van reformulando», asegura. «¿Y si en unos años me apetece hacerme panadero y vivir en un pueblo? Pues iría a por ello. De eso se trata para mí disfrutar la vida».
Sabe que va a disfrutar mucho volviendo a actuar en la sala de la Princesa del María Guerrero, donde actuó, junto a su gran amigo Fernando Delgado-Hierro [premio Max 2021 al autor revelación], en Los Remedios, otro ejercicio de autoficción, centrado en las vivencias de ambos, y que se convirtió en un todo un fenómeno. «Es una casualidad muy fuerte», dice entre risas.
Esa obra ha sido muy importante para él, a nivel profesional y también personal. «A raíz de programarla el CDN fue a más, y hemos llegado a hacer más de cien bolos por toda España«, explica. Cuenta que cuanto más la representaba, más se daba cuenta de lo que suponía para él. «A mí me habían inculcado en el barrio que no tenía que llamar la atención. Gracias a mi hermana, la persona más valiente e increíble del mundo, me di cuenta de lo orgulloso que tengo que estar de lo que soy«.
Y con Los Remedios se reafirmó del todo. «Con ella toda mi familia, y todo el barrio, supo que soy homosexual», recuerda. «Claro, me di cuenta de que lo iba contando por los teatros de España, cuando de pequeño me habían enseñado que si eras mariquita eso no se podía decir«.
El teatro le hace mucho bien, no cabe duda. «Porque puede ser sanador, como en este caso. Le di la vuelta a mi historia, al principio de manera inconsciente. Me liberó de la culpa y me hizo tener muy claro lo importante que es celebrar tu orgullo, lo que significa esa palabra y lo que supone como herramienta para sobrevivir. Ha sido el mejor regalo del mundo».
FOTOS PABLO CHAVES: MIGUEL ÁNGEL FERNÁNDEZ
FOTOS ENSAYOS: BÁRBARA SÁNCHEZ PALOMERO
ALGUNOS DÍAS SE REPRESENTA DEL 21 DE ABRIL AL 28 DE MAYO EN LA SALA DE LA PRINCESA DEL TEATRO MARÍA GUERRERO DE MADRID