Verde Prato: "El mío es un pop raro"

Temas: Bilbao, Billie Eilish, Entrevista, Feminismo

En Adoretura, Verde Prato bascula entre el pop y la electrónica, entre el euskera y el castellano.

No se cierra a nada, y se ve muy claro en este álbum que su sensibilidad como autora e intérprete es muy especial.

Llama sin duda la atención que Ana Arsuaga, que es el nombre real de Verde Prato, haya querido apostar por desarrollar su carrera desde su Tolosa natal, en lugar de acudir a una gran ciudad, que suele ser lo habitual –de hecho, vivió nueve años en Bilbao, donde estudió Bellas Artes–.

Sonríe cuando se para a pensarlo. «Es verdad que para la logística a veces es complicado», dice. «Pero a la hora de crear me ayuda. Cuando vuelves de un viaje, todo sigue igual, disfrutas de la naturaleza… Esa paz me viene genial para trabajar«.

Lleva desde 2019 con Verde Prato, su proyecto más personal. «Antes estuve en otros dos grupos, pero me llegó una propuesta para presentar un proyecto propio para unas jornadas de música experimental en Bilbao», recuerda. «Me pareció divertido, y pensé que lo haría una única vez». Empezaron a ofrecerle más conciertos y fue componiendo más música en solitario. «Ahora es mi prioridad«.

Se asocia habitualmente su música al neofolk, pero ella no está muy contenta con la etiqueta. «Lo entiendo, porque veo la influencia, que es grande, pero es limitante», explica. «No me siento representante de la tradición, me influyen muchas cosas, como el post punk, el dream pop o los ritmos latinos». 

«Ahora me apetece más bailar y componer música luminosa»

Asegura que le resulta más fácil componer sus letras en euskera porque lo encuentra más versátil, y no sabe muy bien por qué «pero algunas canciones claramente veo que debo hacerlas en castellano«. Como en las que ha tomado influencias del reguetón; una de ellas, Su pelo. «No encontré manera de unirlas con el euskera», confiesa entre risas.

Cuenta Verde Prato que parte de vivencias personales cuando se pone a componer («siempre suelo hablar de relaciones humanas, de la familia, el erotismo, la naturaleza«), aunque en ocasiones las canciones terminan resultando muy abstractas.

Lo que todas las que forman parte de Adoretua tienen en común es que están envueltas en una electrónica de lo más ensoñadora. «Ahora tiene mucho más espacio en mis composiciones, porque cada vez aprendo más», explica. «También tiene que ver con que ahora me apetece más bailar y componer música luminosa, más cercana al pop, mientras que antes llevaba mis canciones por un lado más trágico y oscuro. Aunque el mío es un pop raro», dice entre risas.

Al preguntarle si le interesa el pop masivo, asegura que no lo rechaza, y que hay artistas que le gustan porque se acercan a su manera de concebir la música. Aunque necesita pararse a pensar a quién podrá citar. De repente, lo tiene. «Billie Eilish me encanta porque, aunque la suya sea una voz típica, en su música hay cosas de electrónica muy interesantes que se alejan del pop masivo».

«El patriarcado está tan metido en nuestra cultura que nos afecta a niveles subliminales»

Habla de una mujer que sin duda se ha ganado el respeto del mundo entero y el derecho a que se la escuche en todas partes. Pero Verde Prato lamenta que todavía cueste tanto que las artistas femeninas se ganen su espacio debido al patriarcado en que vivimos. «Es un problema estructural, y es muy cansino», afirma. «Está tan metido en nuestra cultura que nos afecta a niveles subliminales. Ni siquiera yo me veía hace años como posible artista, me parecía ingenuo por mi parte», confiesa.

Y concluye Verde Prato: «No me lo había planteado, y eso que estudié Bellas Artes… Gracias al feminismo lo he ido viendo todo de otra manera. Si no me lo planteaba, quizás era porque no me estaban permitiendo ni preguntármelo, porque todos mis referentes musicales eran hombres… Por suerte, estamos consiguiendo cosas».