Razones por las que visitar Salzburgo en el Orgullo (y siempre)

Temas: Turismo LGTBIQ+, Viajes LGTBIQ+

Salzburgo tiene muchos adjetivos, probablemente te hablará de ellos cualquier persona que haya estado allí, pero ninguna etiqueta define tan bien este lugar como la que tú mismo escoges para definir tu propia experiencia al descubrir uno de los destinos con más encanto de Austria y, nos atreveríamos a decir, de toda Europa.

Hace tan solo unas semanas pusimos rumbo a Salzburgo junto a un grupo de periodistas LGTBIQ+. Se trata de una de las ciudades más importantes de Austria, cerca de la frontera con Alemania, custodiada por los Alpes Septentrionales, y con un centro histórico que la UNESCO declaró Patrimonio de la Humanidad. Un enclave único que encandiló al mundo en 1965 con el estreno de la archiconocida película musical Sonrisas y lágrimas (The Sound of Music en su título original en inglés). Por sus calles, jardines y montañas se desarrolla este clásico protagonizado por Julie Andrews y Christopher Plummer que, casi 60 años después, sigue atrayendo a turistas que buscan revivir la historia de María, la joven novicia que debe cuidar de los hijos del capitán von Trapp. No es de extrañar que, durante tu viaje por Salzburgo, veas representaciones del musical, tours turísticos tematizados y escuches casi todas sus canciones.

Pero la ciudad es mucho más que la película que en ella se rodó. Salzburgo puede presumir de plazas, calles y edificios históricos, como Residenzplatz, el Hotel Sacher, la calle Getreidegasse, el palacio y los jardines de Mirabell o la imponente fortaleza de Hohensalzburg. Pero aún hay más. Si te alejas unos kilómetros de esta ciudad dividida por el río Salzach, puedes encontrar paisajes increíbles, lagos y montañas que en invierno dibujan una postal de lo más navideña, y en primavera y verano resultan de lo más apetecibles para pasar una mañana entera. Y es que cualquier época resulta perfecta para ir a Salzburgo, aunque si vas a visitar el Palacio de Hellbrunn y sus curiosas fuentes, mejor hacerlo cuando haga calor, por si acabas mojándote, que nunca se sabe (al travieso arzobispo Markus Sittikus le encantaban los ‘juegos de agua’).

Como decíamos, Salzburgo siempre tiene algo que ofrecerte, vayas cuando vayas. Y es que, más allá de sus conocidos atractivos y reclamos, una de las mejores cosas que tiene la ciudad es la hospitalidad de la gente. La oficina de turismo y las principales asociaciones LGTBIQ+ de Salzburgo están trabajando mucho por defender los derechos y libertades del colectivo en la ciudad, y por abrir sus brazos a todas las personas que quieran descubrir una ciudad más diversa, con espacios seguros como su recién inaugurado centro queer Hosi, sus diferentes clubs LGTBIQ+, como Mexxx y Dark Eagle, o iniciativas tan interesantes como Magic Garage, un show drag que ofrece divertidísimas performances. Por no hablar del Pride de la ciudad, que este 2023 se celebra del 27 de agosto al 3 de septiembre. Y, después de todo esto, nada mejor que degustar unas Mozartkugeln, tradicionales bolas de chocolate rellenas de mazapán a las que da nombre Wolfgang Amadeus Mozart, el salzburgués más célebre de la historia y, probablemente, el mayor genio musical que jamás haya existido.

Entre los muchos adjetivos de los que puede presumir Salzburgo, está el de ‘la ciudad de Mozart’. Así es, el famoso músico nació aquí, y la ciudad lo homenajea con museos, estatuas, conciertos… y hasta con las famosas bolas de chocolate Mozartkugeln. Salzburgo cuida su figura y su legado, por eso es habitual escuchar sus composiciones en los numerosos eventos y festivales culturales que en ella se celebran, y que le otorgan otro de sus títulos: ‘el escenario del mundo’. De toda esta programación, destaca el famoso Festival de Salzburgo que, desde hace más de un siglo, aúna música clásica, arte y teatro en una completa programación en la que se vuelca toda la ciudad y sus instituciones. A lo largo de seis semanas cada verano, Salzburgo se convierte en el epicentro del mundo de la cultura, y eso hay que vivirlo al menos una vez en la vida. Nosotros no pudimos verlo, aún tenemos pendiente esa cita, pero sí pudimos disfrutar en directo de un concierto de música clásica en un lugar privilegiado: una de las salas del Palacio Mirabell, y fue una experiencia mágica inigualable.

Salzburgo tiene un importante legado histórico, pero su pasado no le impide mirar hacia su futuro. Y es esta apuesta por la modernidad y la diversidad lo que genera un contraste en su oferta de ocio y cultura. Por ejemplo, podemos pasar de un particular museo de marionetas, a descubrir la exposición Queer*fem* magazines en el Museo de Arte Moderno de la ciudad, o iniciativas como la del Teatro Nacional, que organiza performances en escuelas para tratar la educación sexual y de género desde el arte y la sensibilidad de la interpretación. En el abrazo que nos dio Salzburgo estos días sentimos el agradecimiento de haber estado allí; la fuerza de apostar por el futuro, por un mañana más diverso para todas las personas, ciudadanos y visitantes; y el compromiso de salvaguardar un legado histórico y cultural único en todo el continente. Una promesa: volveremos.