Descubre el homoerotismo (lleno de morbo y misterio) de la serie 'Velados'

Temas: Arte, Chulazo, Exposición

Nos encarta el arte homoerótico, sobre todo si es tan fino, preciosista y morboso como el que propone Enrique Toribio en Velados, una colección que, como nos cuenta el propio autor, «surge de la admiración por los grandes maestros de la escultura ‘velada’,… grandes maestros que consiguieron convertir el mármol en algo ligero y sutil, elegante y delicado».

Se refiere a artistas italianos como Giovanni Strazza, Rafaelle Monti, Antonio Corradini o Giuseppe Sanmartino, que transformaron la roca caliza en el lienzo perfecto donde tallar con destreza sus figuras envueltas en velos transparentes, esculpidas de manera ciertamente realista.

 

Toribio lleva esas obras escultóricas a la fotografía en su serie, y mediante el manejo y el tratamiento de la luz, las sombras, la tela y las texturas, consigue plasmar el mismo misterio, esa evidencia a medias, esa presencia camuflada.

Debajo de las sábanas, convertidos en hiératicas figuras marmóreas, se esconden los cuerpos apolíneos de Miguel San Julián y Luis Alberto Pérez.

Enrique Toribio se formó en EFTI y ha desarrollado su carrera centrándose en la fotografía del rostro y el cuerpo humano. Entregado en sus principios al desnudo, va dejando cada vez más espacio al retrato, un retrato psicológico que intenta descubrir lo que hay mas allá del rostro físico intentando personalizar cada uno de sus trabajos. Tanto en el desnudo como en los retratos, intenta siempre crear atmósferas espesas con las luces y las sombras, que terminan por convertirse en el vestuario de los cuerpos. Un vestuario pesado y teatral y una elaborada postproducción que acerca sus fotografías a la estética pictórica.