Te descubrimos a los vigilantes del 'Grand Prix', los azafatos más deseados de la televisión

Temas: Chulazo, Televisión

El Grand Prix ha vuelto a TVE modernizado pero con tanto éxito como el original. Rescatar el mítico formato era un riesgo porque suponía poner en riesgo la memoria de uno de esos programas que han acabado convirtiéndose en historia de la televisión y, por lo tanto, poder decepcionar a toda una generación a la que le amenizó los veranos entre 1995 y 2005. Sin embargo, el nuevo Grand Prix ha llegado arrasando, siendo uno de los programas de televisión más vistos desde su estreno; y lo ha hecho a golpe de buenas decisiones. Para empezar ha conservado muchos de los ingredientes de la receta tradicional: el plató, la mecánica, pruebas como ‘los troncos locos’ o ‘los bolos’ e, incluso, el presentador, Ramón García (aka. Ramontxu), que todavía luce en plena forma para conducir un concurso de este calibre. Además ha sabido adaptar los elementos más controvertidos y/o desfasados; por ejemplo, la vaquilla, que ha pasado de ser un animal sintiente a un furro de pelo sintético. Era de ley, porque después de dieciocho años España parece la misma, pero no es la misma…

Como adelantábamos sus audiencias son de récord, llegando a anotarse el minuto de oro del día con 32,4% de share y convirtiendo a la yincana más grande de la pequeña pantalla en ‘la patata caliente’ de los medios de comunicación. Por eso, y aunque a estas alturas ya se han diseccionado cada uno de sus elementos, en especial a sus nuevos protagonistas Cristinini, Michelle Calvó y Wilbur; las redes sociales han puesto el ojo en unas figuras en las que todavía nadie ha hablado en profundidad, ‘Los vigilantes del Grand Prix’. “Ver el Grand Prix y querer ahogarte para que los salvavidas te salven”, han llegado a tuitear sobre ellos.

 

Los salvavidas son seis jóvenes y atléticos muchachos cuya función es fundamental: asisten a los concursantes durante las pruebas, les ayudan a recomponerse de los porrazos, limpian las zonas de juego y hacen que, en definitiva, el engranaje del concurso funcione a la perfección.

Para todos los fans ‘del programa del abuelo y del niño’, y para los que lo siguen cada semana por “la trama”, hemos contactado con tres de estos azafatos tan especiales. Dani, Javi y Luismi son el cincuenta por ciento del equipo de salvidadas y nos han descubierto qué significa ser un ‘Vigilante del Grand Prix’.

Dani

Daniel es madrileño, tiene 24 años y compagina sus estudios con una de sus grandes pasiones, el rugby. Grand Prix ha sido su primer contacto con el mundo de la televisión. Llegó siendo ‘probador’ de los juegos del programa y «como quedó una vacante, conocía las pruebas y les cuadraba físicamente, me ofrecieron el puesto de azafato«. Admite que formar parte de un equipo así es una experiencia espectacular. «La primera vez que escuché la frase «Soy Ramón García, y esto es el Grand Prix del verano» fue brutal». El formato le provoca una nostalgia terrible. «Me acuerdo estar de vacaciones con mi familia y parar a comer en un restaurante que tenía el programa puesto en la tele».

Cuando aceptó el puesto nunca pensó que alguien podría fijarse en él, así que la repercusión «ha sido un poco shock, una mezcla de alegria e incredulidad». Y aunque Dani no sabe qué pasara de aquí en adelante, no se cierra a nada. «Está muy alejado de mi vinculación profesional con el deporte y la investigacion; pero ya iremos viendo…».

Javi

Javi es toledano, tiene 24 años y, además de fisioterapeuta y entrenador, es deportista de alto rendimiento en judo. Llegó al Grand Prix a través de una agencia de figuración en la que estaba apuntado. «Simplemente cumplía el perfil que estaban buscando». Está encantado de haber dicho que sí porque «ha sido una gran experiencia. No puedo estar más orgulloso del programa y, sobre todo, del equipazo que hay detrás».  También guarda un recuerdo muy agradable del programa original. «Es imposible no recordar esas noches de verano con la familia viendo el Grand Prix y, sin duda, todos los juegos míticos como la cucaña, los rompepuertas y la mitiquísima vaquilla».

Como sus compañeros tampoco esperaba tener la acogida que han tenido los salvavidas. «Ninguno íbamos como protagonistas, pero después de ver el boom que ha tenido, ha supuesto un aliciente para nosotros». Tal vez por eso no descarta seguir vinculado a la pequeña pantalla.«Seguiré haciendo lo que más me gusta, que es entrenar y dedicarme a la fisioterapia; pero sin duda, no dejar de lado el mundo de la televisión».

Luismi

Luismi se dedica al mundo de la estrategia y finanzas corporativas; entre sus aficiones destaca la calistenia, el surf, la fotografía, la gastronomía y viajar. Su llegada al Grand Prix fue fortuita. «Actualmente me encuentro disfrutando de un período sabático en mi carrera profesional y pensé que podría ser divertido hacer alguna figuración de vez en cuando. Así que me apunté en algunas agencias de Madrid, me contactaron y fui seleccionado». El joven creció viendo el Grand Prix en familia. «Los días que se emitía, para mí y para otros muchísimos niños, se detenía el mundo. Esa noche no se salía a jugar y estábamos clavados delante de la tele desde antes de que empezara. Me ha traído muy buenos recuerdos, y me alegro mucho del éxito que está teniendo». Y aunque la nueva versión ha cambiado cree que no es justo compararla con la original. «Todo a nuestro alrededor ha cambiado y eso requiere adaptarse y evolucionar. Han sabido hacerlo muy bien y mantener la esencia».

Aunque es una de esas «personas raras» que no tiene redes sociales, se ha acabado enterando de la aceptación que han tenido los vigilantes del Grand Prix. «Siempre hay un amigo que te envía un tuit, o se comparte algo por el grupo del equipo del Grand Prix. De primeras me sorprendió que la gente se fijara tanto en “los de rojo”, pero siendo así, estoy encantado de ser un aliciente añadido para que la gente vea el programa». Y como embarcarse en esta experiencia ha sido algo totalmente inesperado, «a no ser que ocurra algo todavía más inesperado, mi plan es retomar mi carrera en estrategia-finanzas».