Septiembre es uno de los meses favoritos para mucha gente que no puede irse de vacaciones en julio o agosto. Las temperaturas bajan un poquito pero lo suficiente para no llegar a pasar frío. Por eso, si lo que quieres es descansar, este mes es ideal para hacer un escapadita a algún enclave de gran belleza o marcado por la huella histórica. Además, si ya has vuelto a la rutina pero te apetece desconectar algún fin de semana, puedes irte de retiro espiritual para disfrutar de los más irresistibles placeres mundanos.
Paradores te propone cinco opciones para desconectar a través de estos paraísos escondidos que invitan a parar en esta estresante vuelta al cole:
El Parador de Santo Estevo es una oportunidad única para desconectar del mundo real y perderte en la tranquilidad que ofrece un monasterio benedictino del siglo X. Una oportunidad increíble para descansar en este increíble enclave en pleno corazón de la Ribeira Sacra. Cuenta con tres claustros de los que te enamorarás de cualquiera de sus tres estilos: románico, gótico y renacentista, en los que contrasta una decoración vanguardista. Y aunque parezca mentira, en este monasterio único podrás encontrar un increíble spa, instalado en las antiguas bodegas del edificio, que cuenta con bañeras de hidromasajes y piscina de contrastes. Por no hablar del jacuzzi exterior, uno de los elementos más emblemáticos del recinto, donde podrás contemplar la magnífica panorámica que se observa de los bosques de castaños, robles y pinos, así como la estampa que que forja el cañón del río Sil. Una zona que además es famosa por tener la mayor concentración de edificios románicos de Europa.
Y no solo el lugar, la historia y el entorno hacen de este Parador una experiencia única. Y es que la gastronomía gallega será una de las protagonistas en este retiro, donde el vino de la zona y los productos autóctonos como la castaña, los pescados de las Rías o la queimada gallega formarán parte de un suculento banquete.
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Muy cerca de Valencia, y entre el Parque Natural de la Albufera y la orilla del Mediterráneo, se encuentra el Parador de El Saler, un auténtico oasis para el descanso rodeado de pinares y dunas. Este Parador es un lugar único que mezcla un elegante alojamiento con un estilo moderno, donde el aroma del mar se unirá con el paisaje salvaje. Un enclave con piscina y un impresionante spa del que no querrás salir, nada más que para recorrer la impresionante Natursenda, un recorrido único de 2 kilómetros de ecosistema perfecto para dar un paseo por la playa y adentrarte en sus secretos naturales.
Si es que El Saler es tan cómodo que incluso te costará salir de la habitación. Sobre todo si optas por una de las habitaciones que cuentan con un jacuzzi privado e íntimo en la terraza, donde podrás ver el increíble paisaje mediterráneo.
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Muy cerca de Madrid, al abrigo de la Sierra de Guadarrama, hay un sitio único y especial que te hará sentir todo un personaje histórico. Se trata del Parador de La Granja, rodeado por todo un ambiente lujoso y apacible que te hará descansar como ningún otro lugar. Aquí encontrarás un spa que cuenta con cascada, terma, sauna finlandesa… y demás servicios perfectos para darte el descanso que te mereces.
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El entorno es pura delicia. No solo en cuanto a propuestas para disfrutar de pleno de la naturaleza, como el Pinar de Valsaín, también en lo que se refiere al patrimonio histórico artístico del Real Sitio de la Granja de San Ildefonso (declarado Conjunto Histórico Monumental) a la Real Fábrica de Cristales, la iglesia barroca de Nuestra Señora de los Dolores, el Acueducto romano y el Alcázar. Todo un entorno histórico.
Y tan importante es colmar la sed cultural como satisfacer el apetito, en el término estricto de la palabra. El Parador es un claro exponente de la cocina castellana donde destacan los guisos y los asados de carne tradicional pero con matices de renovación, como las revolconas ibéricas con salteado de mollejas de lechal. Puro placer.
Nieve, bosque y montaña son algunos de los atractivos de este Parador de Vielha, muy cerca a la pista de esquí de Baqueira-Beret. Sus atractivos van más allá de eso: este enclave situado en pleno corazón del Pirineo catalán, te invita a abrazar la montaña desde su terraza solárium, sus tumbonas, su sugerente jacuzzi o desde los grandes ventanales que decoran muchas de sus estancias interiores, como su comedor circular. Desde la mayoría de sus habitaciones con terraza, la vista resulta espectacular. Encontrarás una estampa verde y frondosa al valle, que poder contemplar cada mañana y cada noche desde el confort de unas habitaciones que aúnan a la perfección diseño y funcionalidad.
Además de las muchas opciones que te permiten pasar tus días sin salir del Parador, como su gimnasio, su zona wellness o su sauna. La propia ciudad de Vielha, capital del Valle de Arán, cuenta con un casco histórico que oferta todo tipo de actividades de montaña. Aunque también es fácil dejarse llevar por las maravillas que esconden sus museos e iglesias de estilo románico. Y, por supuesto, no podrás dejar pasar darte un baño de naturaleza local y descubrir actividades ancestrales con las experiencias de Naturaleza para los Sentidos que propone el propio Parador.
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Pero si lo que quieres vivir es una fantasía medieval, no puedes dejar pasar este castillo conquense, el mejor conservado de la provincia, a pesar de sus más de siete siglos de historia. Inspirador y cautivador desde la primera a la última de sus estancias, exhibe todo un despliegue de esplendor feudal en sus almenas en puntas de flecha, su espectacular Torre del Homenaje, sus robustas murallas, su patio interior con aljibe, sus sólidos muros de piedra… Todo en él destila historia.
De hecho, uno de sus principales atractivos es la habitación 106, dedicada al infante Don Juan Manuel, el que fuera uno de los célebres propietarios del castillo, además de influyente consejero real y sobrino de Alfonso X El Sabio, al que seguramente conozcas por su libro El conde Lucanor.
La habitación, situada en lo más alto de la Torre del Homenaje, te envuelve en una atmósfera de calidez tras cruzar el umbral de su puerta. Una estancia abovedada con tres sugerentes atractivos: la bañera exenta, que preside la estancia; su romántico dosel, que imprime un ambiente de ensoñación; y, la joya de la corona, el acceso privado que tienen los huéspedes de la 106 a la antigua almena vigía, desde donde poder deleitarse de unas vistas magníficas. Todo perfecto para no querer salir de la habitación. Aunque la zona ofrece magníficas para perderse por rincones llenos de encanto como la ruta por la Hoz de Alarcón, descubrir los palacios de la villa conquense que da nombre al Parador (como el del Concejo o el de Los Castañeda) o sucumbir al aroma y sabor de los caldos de la zona en una visita a las Bodegas de Illana y Vitis Natura.