Hollywood se rinde, por fin, ante John Waters y le otorga una estrella de la fama

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Si hay un director que ha visto su cine vapuleado y tachado de basura, ese ha sido John Waters. El director de clásicos como Pink Flamingos, Female Trouble, Cry Baby o Hairspray ha vivido siempre al margen de la norma, como esos personajes que tanto le gustaba retratar en sus películas. Muchos críticos han vivido con recelo sus estrenos, que han quedado relegados a circuitos pequeños y underground. Ahora, a sus 77 años, Hollywood ha decidido homenajearlo con una estrella en el paseo de la fama, donde compartirá espacio junto a los más grandes del mundo del entretenimiento.

Además de la estrella, el Museo de la Academia de Cine de Hollywood le rendirá un homenaje con una exposición sobre su cine, tan transgresor y escandaloso.

Nadie ha retratado mejor los bajos fondos de la sociedad estadounidense que él. Cuando todo en Hollywood era glamour y riqueza, John Waters mostraba a una drag queen comiéndose una caca de perro. Sucedía en Pink Flamingos, su ópera prima, protagonizada por la drag queen Divine, musa incondicional del cineasta. Una película arriesgada que mostraba a una familia podrida, deslenguada y víctima de una sociedad que la asfixiaba. La cinta no necesitó más promoción que un vídeo que recogía las reacciones de los primeros espectadores de la película al salir del cine.

Desde entonces, Waters ha seguido siendo fiel a su mirada. Y aunque ha rozado el éxito con películas como Hairspray, su cine nunca ha terminado de explotar comercialmente. No rueda desde 2004, porque él mismo reconoce que nadie quiere producirle una película. Ha escrito varios libros, algunos de ficción donde recupera su Baltimore querido y esos personajes que tanto le caracterizan. Su carrera parecía quedarse en el olvido del público general, pero Hollywood, que a veces es un poco injusto con sus estrellas, ha decidido homenajearlo con un reconocimiento a su trayectoria. El director recibió el pasado lunes un hueco en el paseo de la fama de Los Ángeles, donde su nombre quedará grabado para siempre junto a otros grandes del cine, la música y la televisión.

Durante el acto, Waters ha hecho gala de su sabiduría en un vídeo que se ha hecho viral en redes sociales. Un estudiante de cine le pedía consejo al también escritor sobre cómo empezar en el mundo del cine: «Participa. Ve a ver todas las películas. Buenas y malas. Ponte las películas sin sonido para ver cómo están hechas, si te parece que la peli te está quedando larga, es correcto. Si alguna vez te preguntas ‘¿debería cortar esto?’, la respuesta es sí. Y tiene que gustarle a alguien, aparte de a tu madre y a la persona con quien follas«, contestó.

El Museo de la Academia de Cine de Hollywood también ha preparado un homenaje a su cine. Se trata de una exposición con algunas piezas icónicas de sus películas, desde vestuario hasta guiones originales. Se titula Pope Of Trash (El Papa de la basura) y estará abierta al público hasta el 4 de agosto de 2024. Durante la inauguración, Waters dijo a la prensa: «Bienvenidos al basurero de mis memorias».

«Me encantaría que mis padres estuvieran aquí porque siempre me hicieron creer que yo podía hacer lo que quisiera, a pesar de que les horrorizaba lo que hacía. Pensaron: ‘¿qué mejor que esto? Es mejor que la cárcel‘. Porque si no hubiera tenido una salida para usar a todos mis lunáticos antisociales, quién sabe lo que habría ocurrido”, declaró.

Hollywood abre por fin los brazos al cineasta al que durante tantos años dio la espalda. No fue hasta los años 90 cuando lo incluyeron en el sindicato de directores, respaldado por David Lynch y Claudia Weill. Ahora que ya cuenta con su estrella de la fama, Jonh Waters reconoce sentirse feliz y halagado por la industria: «Ahora estoy más cerca de las cloacas que nunca».