Tontheridas: "Sin pene ni glory (hole)"

Temas: David Rivas, Gay, Juan Carlos Prieto, Poema, Tontheridas

SIN PENE NI GLORY (HOLE)

Puse la dirección en el GPS de mi móvil solo por curiosidad y, efectivamente, estaba en lo cierto; quedaba a menos de cinco minutos caminando. Había oído hablar mucho de ese lugar y no solo por amigos que lo frecuentaban cuando visitaban la capital, también había visto fotos de ella en revistas, pues la sauna había servido de localización en numerosos reportajes y, por supuesto, en rodajes de vídeos X. Dudé si ir o no… ya sabemos cómo somos con las primeras veces. Si tuviera que haber puesto todos los pros y los contras que disparaba mi mente en una balanza me habría quedado en el hotel. Fuera caía un chaparrón colosal pero tenía claro que no había ido a pasar ese fin de semana de finales de otoño a Madrid para no hacer nada. Las opciones no eran muchas debido a la lluvia (y a que mi amigo Miguel había ligado esa misma tarde y me había dejado solo…) Me levanté de la cama donde llevaba tumbado un par de horas, me lavé los dientes y me fui dirección a ese “paraíso” del morbo, la fiesta y las sorpresas…, como rezaba su web.

Al llegar a la calle donde se encontraba, me quedé un rato bajo el paraguas en una esquina mirando a ver quién entraba. En dos minutos fueron quince los que lo hicieron… y viendo al personal, esa sauna no era de ambiente sino de ambientazo. Sin pensármelo ocho veces (porque sí lo hice siete) me decidí a entrar. Una vez dentro, me fijé en el chico que tenía delante de mí para ver cuáles eran los pasos a seguir: pagar la entrada, recoger unas chanclas, toalla y preservativo, ir a tu taquilla asignada, despelotarte y disfrutar. Estuve un par de horas dentro de aquel lugar donde todo era nuevo para mí, todo menos una cosa… Fue en uno de los cuartos oscuros donde me lo encontré junto con otra mucha gente. En principio no lo reconocí pues sólo se podía divisar la silueta de los que allí estábamos. La suya (su silueta) me gustó desde el momento en el que entré y a él pareció pasarle lo mismo con la mía. Después de una buena primera toma de contacto me cogió de la mano y me dijo de ir al glory hole. Tenía una voz muy bonita y sexy que me resultó algo familiar… y tan familiar. Fue en el sitio de los agujeritos y tras ver ese lunar inconfundible con forma de corazón en su “glory” cuando reconocí su “silueta” y su voz: ¿Pablo? Efectivamente, era él: mi ex. El último chico con el que había estado. Fueron ocho meses de relación que finalmente decidimos dejar por aburrimiento y porque me puso los cuernos con Emilio, todo sea dicho. Obviamente la cosa no acabó bien… Tras confirmar que efectivamente era él me fui a la ducha y salí de aquel lugar corroborando que efectivamente, lo que reza en su web es del todo cierto.

Tontheridas de Juan carlos prieto. ilustración Dani Rivas