EL MENDA
Fui bautizado con la lágrima de un llanto
y mis padrinos fueron testigos del lloriqueo.
Comulgué al recibir el cuerpo de la angustia
y la sangre de la vergüenza,
y luego, fuimos a celebrarlo.
Meses más tarde, lo confirmé con bofetada de escepticismo.
Me gradué en mitos y leyendas.
Mi identidad era mi sombra
y lo que oía, mi guion.
Decidí casarme con el ruido
y licenciarme en sus sonidos y sus idiomas.
Trabajé de obrero al servicio de la sinrazón.
Así, hasta que me divorcié del retrovisor
y me jubilé de la muerte.
Y empecé a vivir resucitado en vida.
Cambié de córneas y de canal,
y aprendí a hablar de nuevo en el silencio.
La primera palabra que pronuncié fue «no»,
y todos los días repasaba esa lección.
Y fui feliz aquellos años
que serían los primeros,
los mejores años de mi vida
tras los peores años de mi muerte.
ILUSTRACIÓN: David Rivas
Poemas y relatos cortos escritos por el escritor y docente Juan Carlos Prieto Martínez
Todos los sábados en Shangay.com