Tontheridas: "Mierdecitas"

Temas: David Rivas, Gay, Juan Carlos Prieto, Relato, Tontheridas

MIERDECITAS

Quedamos en la cafetería del centro, que tantos buenos inicios de noches apoteósicas nos había dado. Allí estaba Guille tomándose la que parecía su segunda copa a las cuatro de la tarde. Fue ahí que entendí que realmente tenía algo importante que contarme. Guille acababa de dejarlo con José, el que había sido su pareja durante diez años. Cuando todos pensábamos que el próximo paso entre ellos sería formalizar la relación casándose, ellos prefirieron dejarlo. Su relación era así…, difícil de prever. No habían discutido ni se llevaban mal pero la rutina había hecho mella en ellos.

Nada más sentarme le pedí disculpas por llegar tarde, “las obras interminables del metro” le dije yo. Él sabía de lo mío con Javi porque era muy amigo de él y este le había contado que habíamos pasado todo el fin de semana sin salir de la habitación de su casa…, habitación que había dejado para pasar la tarde con él, pues tenía algo importante que contarme. En un principio pensé que me iba a decir que había vuelto con José, pues en el fondo todos lo pensábamos, pero no, él tenía claro que esa historia era historia. Me quería contar cómo le había ido en su primera cita con otro después de una década citándose a diario con el mismo chico. A mi pregunta de qué tal había sido, su respuesta fue: “una mierda de cita”.

Y nunca mejor dicho. Entre nosotros no había mucho secreto, ni secretos ni eufemismos, pues Guille era más descriptivo que un anuncio de venta de vivienda en Idealista. Cuando se trataba de contar sus cosas, a veces incluso daba detalles de más, y con esta cita no hizo menos. Me contó que había quedado con un enfermero jovencito muy guapo y me lo contó con pelos y señales. Por sus frases deduje que el pelo lo puso el enfermero, pues ya me relató que parecía un oso de tanto vello que tenía por todas partes, y las señales, pues las que percibí de su cuello… Del café pasaron al postre en su casa. Tras unos minutos en el sofá mientras tomaban un vino y después de unos besos, la cosa pasó a mayores y antes de rematar el enfermero pidió ir al baño. Me dijo que tardó un buen rato y que desde fuera se oía el sonido de la ducha. Mi amigo entendió que se estaría “preparando” por lo que pudiera ocurrir… pero lo que vino tras el vino, no lo vieron venir. Cuando se pusieron “pollas” a la obra empezó a salir un líquido marrón que lo empapó todo. Ahí fue que terminó la que mi amigo había bautizado como “la mierdecita”, pues sin duda había sido una cita de mierda.

Tontheridas Juan carlos prieto ilustracion Dani Rivas