Desde pequeña siempre tuvo fijación por el maquillaje. Jugar con los colores, las brochas y los polvos le hacían eludirse del mundo real para adentrarse en uno de fantasía e ilusión. Azul Andrade fue construyéndose poco a poco a sí misma gracias a su talento y el apoyo de su madre, un pilar fundamental en su vida y en su transición.
Su sueño es poder encontrar un trabajo estable como maquilladora, sobre todo acompañando a alguna celebridad para poder ser su mano derecha con el make up. Y es que esta sensibilidad por el arte del maquillaje la ayudó, no solo a entender mejor quién era, sino a protegerse de aquellos que la acosaban por no encajar en la norma.
Base
«Pasé una infancia muy normal, nunca he sentido odio hacia mí misma; desde pequeña sabía que me gustaban los chicos y era bastante libre con mi género y mi forma de ser. Me encantaba robarle los tacones y el maquillaje a mi madre para pintarme en el baño sin que nadie se diese cuenta. En el colegio sí recuerdo algunos momentos duros. Iba a uno religioso y recuerdo cómo los compañeros me insultaban y me escupían, pero encontré mi refugio en el maquillaje… y gracias a eso sobreviví”.
Corrector
«Mi madre siempre ha sido un apoyo muy fuerte, pero a mi padre le ha costado más. A él nunca le gustaba que me maquillara y saliera a la calle así, creo que no cumplí las expectativas que tenía sobre mí. Poco a poco ha ido entendiéndome más y aceptando cómo soy. De hecho, hace poco encontré en casa un libro que hablaba del género y me sorprendió mucho, pero se lo había leído y lo había dejado para que yo también pudiera leerlo. Y aunque mi madre y mi hermana hayan sido mis pilares, él se está deconstruyendo y viviendo su propio proceso”.
Rímel
«Las redes sociales me han ayudado a entender quién soy. Cuando era más joven no había referentes en España de chicos que se maquillaran, hasta que descubrí a Oto Vans y empecé a ver sus vídeos; para mí fue súper importante descubrir que había alguien más como yo. Ahora con mis redes intento hacer lo mismo, enseñar a todo el mundo quién soy y lo feliz y orgullosa que me siento, para que los más pequeños puedan ver que existen otras realidades. Es increíble que cada vez haya más y más referentes”.
Pintalabios
«Las personas trans no podemos quedarnos calladas, debemos hacer mucho ruido para que se nos oiga en todo el mundo. Ya se acabó la imagen de la mujer trans prostituta que enseña las tetas por la calle, también somos maquilladoras, cantantes, veterinarias o senadoras. Hay que reventar todos los medios para que se vea que podemos ocupar otros espacios”.