Querido 2024: he aquí 24 propósitos para un año próspero para el colectivo LGTBIQ+. Si conseguimos aplicar aunque sea algunos de ellos, quizá nos vaya mejor en estos tiempos tan difíciles para la disidencia.
1/ Más respeto. Se nos olvida a veces que tenemos que dar a los demás eso que pedimos para nosotros. Dentro del colectivo hay muchas más formas, tamaños y colores que las siglas que lo componen, y no siempre tratamos con el debido respeto a los que no se parecen a nosotros mismos.
2/ Más diversidad. Porque cuanto más diferentes somos entre nosotros, más bonita es nuestra unión.
3/ Más hermanamiento entre siglas. Si queremos, no solo resistir, sino vencer a las embestidas del miedo y el odio crecientes, tenemos que tejer redes de cuidados y relaciones entre todos, todas y todes los que componemos el colectivo.
4/ Más comunicación (real, no solo en Internet). Y esas redes sólo existirán si nos vemos, nos tocamos, nos acercamos. El espacio y lo físico siguen teniendo una dimensión imprescindible y única en las relaciones.
5/ Más lucha. Es lo que toca: frente a los que quieren devolvernos a la oscuridad, tendremos que demostrarles que no estamos dispuestos a ceder ni un centímetro de espacio sin defenderlo.
Ilustración: Iván Soldo
6/ Más comunidad. Si algo tenemos en común todas las siglas y los distintos subgrupos que las forman es que buscamos, necesitamos, ansiamos huir de la soledad, unirnos a un grupo de personas que nos entiendan y acompañen.
7/ Más integración en la sociedad. El espíritu LGTBIQ+ es expansivo, es acogedor, es integrador. Debemos ser ejemplo para todas las demás minorías que conforman esta gran mayoría, y querer entendernos con los demás (sí, incluso con los que nos odian).
8/ Más personas LGTBIQ+ visibles fuera de las grandes ciudades. Esta integración pasa por la conquista de lo rural. El futuro del colectivo está en todas partes, no en los guetos.
9/ Más libertad. Libertad para ser quienes somos, amar a quienes amamos y sentir lo que sentimos. Sin condiciones, sin vergüenza, sin culpa.
10/ Menos miedo. Que nos tengan miedo ellos.
11/ Más normalización. Y que se deje de ver nuestra mera existencia como un gesto valiente, o un desafío a la sociedad.
12/ Más transgresión. Porque también es importante que sigamos esforzándonos por ensanchar las fronteras de lo que es normal, está bien visto, es decente. El colectivo tiene que ser capaz de volver a incomodar a los estrechos de mente.
Orgullo de Pueblo en Madrid con Vania Vainilla
13/ Más autenticidad. Dejemos atrás los estereotipos e imágenes que se nos han impuesto a menudo con propósitos comerciales. Que cada uno, una y une busque su propia unicidad.
14/ Menos superficialidad. Para valorar, aplaudir y, por qué no, desear, todo lo que se sale de la norma.
15/ Más cuidados a nuestros mayores y conexión intergeneracional. Porque el progreso solo es posible si los mayores y las nuevas generaciones intercambian la experiencia de uno y las nuevas ideas de otros.
16/ Menos inseguridades revestidas de egos hinchados. Especialmente en el colectivo gay.
17/ Más terapia. Tan necesaria para que aprendamos a cuidarnos, los unos a los otros y a nosotros mismos.
18/ Más amor (propio y ajeno). Será la base de un colectivo sano.
Marcha del EuroPride 2023 en La Valeta (Malta)
19/ Más educación sexual y prevención de ITS. Para disfrutar del sexo con responsabilidad, conocimiento y sin prejuicios.
20/ Menos adicciones. Es importante que empecemos a trabajar en una de las lacras más invisibilizadas (y urgentes) del colectivo.
21/ Más empatía. Porque es necesario que afrontemos todos nuestros problemas desde la comprensión y el cariño, y no desde el juicio.
22/ Más cultura. Nuestro colectivo no es nada sin ella, y sin el impulso de representación, de crónica y de imaginación que conlleva.
23/ Más alegría y diversión. Porque son lo único que le da sentido a la lucha.
24/ Más orgullo. En todas partes. Todos los días.
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