El primer equipo LGTB de Granada se llama Rinos F.C. y nació de una idea comenzó a desarrollarse en 2020. Cuatro años después, ya cuenta con suficientes integrantes para poder disfrutar de su pasión en un ambiente seguro para el colectivo. Algo que, por el momento, el fútbol profesional masculino no puede ofrecer.
Hemos querido hablar con José María River, fundador, presidente y jugador de Rinos Fútbol Club, para que nos cuente más acerca de este proyecto y de su experiencia.
SHANGAY ⇒ ¿A quién va dirigido Rinos F.C.?
JOSÉ MARÍA RIVER ⇒ Rinos nace con la ilusión, la fuerza y el entusiasmo de romper las barreras y los clichés que rodean al colectivo en torno al fútbol. La lucha contra la LGTBIfobia en este deporte. Venimos para quedarnos y dar mucha «guerra». Contamos con la fuerza y la ilusión de cambiar las cosas, no tenemos techo ni límites. Este proyecto nace como un espacio seguro donde toda persona, independientemente de su condición, género o raza se sienta libre e integrada de poder formar parte de un club deportivo, en concreto, de fútbol.
SHANGAY ⇒ ¿Cuándo surge la idea de crear el equipo?
JOSÉ MARÍA RIVER ⇒ La idea nace hace en 2020, cuando empiezo a crear la marca y el proyecto Rinos debido a mi condición como futbolista de categorías inferiores en mi juventud y adolescencia. El equipo empieza a rodar en octubre de 2023, tras acudir a un programa que grabo para Movistar Plus, donde hago un repaso de mi experiencia en la adolescencia como futbolista, y cuento el proyecto Rinos. Ese programa verá luz en junio de 2024, justo en el mes del orgullo. En octubre éramos cinco integrantes, y cinco meses después contamos con 22 personas, empresas colaboradoras y mucha fuerza y entusiasmo para sacar adelante muchos proyectos.
SHANGAY ⇒ ¿Cuáles son esos proyectos?
JOSÉ MARÍA RIVER ⇒ Algunos son la creación de un equipo femenino y la federación en liga regional del equipo sénior. Pero todo esto es de cara a la próxima temporada. Ahora, en la actual, estamos formando, conociendo e integrando el equipo para poder competir el año que viene. El objetivo de esta temporada es entrenar un día por semana, y presentarnos a todos los torneos que podamos en ámbito nacional, como los organizados por G Madridsport, Diversportorremolinos, Panteres Grogues y, por qué no, los Gay Games, que este año se celebran en Viena. También estamos trabajando para poder federarnos lo más pronto posible en categoría provincial. Seríamos el primer equipo gay de España en conseguir esta meta, competir en categoría provincial, dentro de la federación andaluza de fútbol. No nos ponemos límites ni barreras.
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SHANGAY ⇒ ¿Por qué el nombre de Rinos?
JOSÉ MARÍA RIVER ⇒ Rinos viene del rinoceronte. Este animal fue uno de los primeros símbolos del colectivo. Lo elegí así por la fuerza y la dureza que transmite este gran animal. Quería que nos conocieran por ello. Nosotros, los integrantes de Rinos, somos muy rinocerontes… Hemos aprendido a sobrevivir en unos ambientes hostiles que han rodeado a nuestro colectivo a lo largo de los años.
SHANGAY ⇒ ¿Cuándo te diste cuenta de que eras bisexual?
JOSÉ MARÍA RIVER ⇒ No sabría decir una fecha exacta, ya que tampoco contaba con ningún referente, pero cuando vi Titanic por primera vez, me enamoré locamente de Leonardo DiCaprio. En el colegio, además de en las chicas, me fijaba en algunos compañeros que transmitían en mi interior una sensación diferente, nueva y muy bonita para mí, que no era comparable a una amistad. Así que podría decirse que con nueve o diez años ya me empecé a fijar en chichos también. En el instituto, con dieciséis años, ya tenía claro que me atraían ambos sexos.
SHANGAY ⇒ ¿De qué forma cambió tu relación con tu familia al salir del armario?
JOSÉ MARÍA RIVER ⇒ Con mi familia no he tenido ningún problema. Me he criado en un matriarcado y lo han vivido con mucha naturalidad. De hecho, mi abuela, que hoy tiene 81 años, me dijo en su momento que lo importante era ser feliz con lo que uno es. ¿Cómo no iba a vivir mi vida con naturalidad después de esto? Mi familia me lo ha puesto siempre muy fácil, les debo todo lo que soy.
SHANGAY ⇒ ¿Y con tus compañeros?
JOSÉ MARÍA RIVER ⇒ Ahí fue diferente. La primera que lo supo fue mi mejor amiga, que fue un apoyo fundamental durante todo el proceso. En el instituto mucha gente hablaba de ello, pero la mayoría lo entendieron, o eso quiero creer. En el mundo del fútbol fue donde peor lo pasé. Tenía dos grupos, uno del equipo de fútbol y otro con compañeros del instituto para quedar y jugar a fútbol sala. Este último me dejó de lado completamente en cuanto se enteró de la noticia, incluso uno de ellos me dijo que no entendía por qué me gustaban los chicos. En mi equipo, noté distanciamiento, miradas de desprecio, conversaciones en las que me criticaban… Decidí abandonar, no estaba bien y no me sentía cómodo. Entré en un periodo muy complicado en mi vida, acababa de abandonar mi pasión de forma forzada, y me costó mucho comprenderlo. Es una espina que tengo clavada en mi corazón y nunca va a desaparecer. He aprendido a vivir con ella.
SHANGAY ⇒ ¿Has sufrido algún episodio de homofobia en el deporte o en tu vida?
JOSÉ MARÍA RIVER ⇒ No tuve una agresión directa, ni gritos diciéndome maricón, pero sí que veía miradas cómplices entre compañeros, mofas, risas… Siempre fue indirectamente, pero me lo hacían notar para sentirme incómodo. Por eso tomé la decisión de no seguir para dejar de aguantar esas actitudes de mis compañeros.
SHANGAY ⇒ Cuando jugabas en tu equipo de fútbol, ¿viste actitudes homófobas en el vestuario?
JOSÉ MARÍA RIVER ⇒ Claro que sí. En el vestuario hay actitudes “muy de machito”, pero es curiosamente donde más contacto estrecho hay. No faltan las bromas de “mariquita”, aunque luego se tocan el culo entre ellos, se miran descaradamente su sexo… Es una falta de incongruencia brutal. Esas actitudes las he visto tanto antes como después de salir del armario, pero cuando ya sabían que me gustaban los chicos, pasaron a dejarme de lado. Por este motivo pienso que en el fútbol profesional actual muchos no se atreven a dar el paso, porque puede acabar con tu carrera de un momento a otro.
SHANGAY ⇒ ¿Crees que el fútbol profesional llegará a ser un espacio seguro para el colectivo?
JOSÉ MARÍA RIVER ⇒ Por supuesto, pero queda mucho trabajo por hacer, sobre todo en la educación desde las categorías inferiores. Los clubes deben dejar de tener miedo a apoyar al colectivo, y deben crear campañas de concienciación, no vale solo un mensaje en días concretos. Por ejemplo, han sancionado y parado partidos por racismo pero, ¿a cuántos jugadores han machacado al grito de maricón? Cristiano Ronaldo, Guti, Michel… Y no ha pasado nada. Si yo fuese jugador profesional, habría dado el paso. Lo sé. Porque siempre he intentado romper con lo establecido. Ahora bien, dado el panorama, no creo que los futbolistas que son como yo lo digan hoy en día. Hay mucho que cambiar. Mientras las instituciones, la Liga y el fútbol estén gobernadas por machirulos, y mientras los sponsors más importantes sigan viniendo de países donde estamos condenados a muerte, la LGTBIfobia va a estar a la orden del día.
SHANGAY ⇒ El otro día, el futbolista Josh Cavallo le pidió matrimonio a su novio. ¿Crees que es un caso aislado o que realmente hay avances en la actualidad?
JOSÉ MARÍA RIVER ⇒ Sí que hay avances. En el fútbol español tenemos el caso reciente del portero del Marbella C.F, Alberto Lejárraga. Mientras celebraban el ascenso de su equipo, se besó con su novio. Esa situación me emocionó muchísimo. Fue muy valiente, y como yo mismo le dije, “ojalá más Albertos Lejárragas en el fútbol español.” Si un jugador como Messi o Mbappé lo hiciera, sería brutal y necesario. No es lo mismo que dé el paso un futbolista de primera división a la quinta categoría del fútbol español. Igualmente, tal y como estamos, fue de una valentía sublime.
SHANGAY ⇒ ¿Por qué crees que cuesta más en el fútbol masculino que en el femenino, donde un amplio número de jugadoras pertenecen al colectivo?
JOSÉ MARÍA RIVER ⇒ No quiero meter la pata con la respuesta. Es cierto que las mujeres nos llevan años luz de ventaja a los hombres. Sin embargo, también se debe tener en cuenta que siempre ha existido el estereotipo de que, si eres mujer y juegas a fútbol, eres un marimacho, aunque ahora todo esté cambiando. También es verdad que el fútbol femenino no tiene la misma repercusión que el masculino. Hay una gran diferencia si miras los ingresos o la afición, pero por suerte, esto también está cambiando. Por lo general, el aficionado al fútbol femenino suele ser tolerante y comprensivo. En el masculino la mayoría también es así, pero hay salvajes que hacen más ruido. En definitiva, en el fútbol femenino este tema está integrado y naturalizado. Tendremos que aprender mucho más de ellas.