La Santa Sede ha publicado un documento en el que reafirma su postura sobre el cambio de sexo, la maternidad subrogada y la teoría de género. Esta declaración se hizo pública ayer, y está aprobada por el Papa Francisco. En ella, se especifican actividades que la Iglesia considera «graves violaciones» de la dignidad humana. Además, pone estas prácticas al nivel del aborto o la eutanasia.
Dignitas infinita, sobre la dignidad humana es el nombre de este documento que cuenta con el beneplácito del Papa desde marzo. Existían rumores sobre la realización de este escrito, de en torno a una veintena de páginas, que se lleva redactando cinco años. Ahora sale a la luz, con el objetivo de aclarar las «frecuentes confusiones» sobre lo que la Iglesia católica considera dignidad humana.
Postura del Vaticano sobre el cambio de sexo y la maternidad subrogada
Sobre las operaciones para cambiarse de sexo, se expone que «corre el riesgo de atentar contra la dignidad única que la persona ha recibido desde el momento de la concepción». Es por ello que se explica que las personas deben aceptar y respetar su humanidad «tal y como ha sido creada». Sin embargo, incluye una excepción en caso de que se trate de una persona afectada por «anomalías genitales». Ahí, estaría justificada la intervención médica porque «no supondría un cambio de sexo».
Aunque denuncia la criminalización de la homosexualidad en algunos países, rechaza la «ideología de género». La Iglesia considera que «pretende negar la mayor diferencia posible entre los seres vivos: la diferencia sexual». Por eso ven «inaceptable» esta práctica, ya que trata de «imponerse como un pensamiento único que determine incluso la educación de los niños».
La maternidad subrogada ya fue duramente por el Papa Francisco en enero, cuando la definió como «deplorable», y quería prohibirla universalmente. Ahora, en este documento, argumenta que el niño se convierte en un «mero objeto». Además, cree que el origen de los niños debe ser «plenamente humano y no inducido artificialmente». Para la Iglesia, con esta práctica la mujer se convierte en un «medio al servicio del beneficio o del deseo arbitrario de otros».
En total, son 13 las «violaciones graves» que el Vaticano ha considerado en el documento. A las ya mencionadas, se suman la pobreza, la guerra, la explotación laboral de los emigrantes, la trata de personas, los abusos sexuales, las violencias contra las mujeres, el descarte de personas con discapacidad y la violencia digital.
Este texto llega en un momento en el que la parte más conservadora de la Iglesia se ha mostrado muy crítica. Y es que estos últimos años ha habido conflicto a la hora de hablar del matrimonio homosexual. Este hecho genera gran polémica en el sector eclesiástico, ya que mientras una parte trata de modernizar la institución, la otra se muestra reacia a los cambios.