El Tribunal Superior de Dominica dictaminó el pasado 22 de abril la derogación de su Ley de Delitos Sexuales. Hasta entonces, el colectivo LGTB se enfrentaba a penas de prisión por mantener relaciones con personas de su mismo sexo. Esta sentencia es histórica en el Caribe, y Dominica se convierte en el cuarto país de la zona en despenalizar la homosexualidad. Ha seguido los pasos de Antigua y Barbuda, San Cristóbal y Nieves, y Barbados.
La mencionada ley imponía penas de hasta cinco años de prisión por «incidencias graves», y de hasta diez por «sodomía». Estas condenas tienen sus raíces en la época colonial británica, y el tribunal podía ordenar el ingreso del condenado en un hospital psiquiátrico. Aunque es cierto que rara vez se aplicaba, contribuían a legitimar los prejuicios hacia el colectivo en Dominica.
La sentencia para derogarla afirma que las disposiciones anteriores violaban la Constitución de Dominica, sobre todo el derecho a la libertad, libertad de expresión y protección de la intimidad. Este paso es muy significativo para la región, aunque hay muchos países que siguen manteniendo estas penas contra el colectivo. Es el caso de Granada, Guyana, Jamaica, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas.
Esta sentencia debe mucho a los esfuerzos de grupos de la sociedad civil locales y regionales para impugnar la legislación contra las personas LGTB en el Caribe Oriental, encabezados en parte por la Alianza del Caribe Oriental para la Diversidad y la Igualdad.