Müller y Fassbinder se dan la mano en 'Los gatos mueren como las personas', la nueva obra del CDN

Hablamos con David Luque, que se sube al escenario del Teatro Valle-Inclán para representar 'Los gatos mueren como las personas', lo nuevo de Dan Jemmett, basado en un texto de Heiner Müller y una película de Rainer Werner Fassbinder.

Fotografía de los ensayos de 'Los gatos mueren como las personas'.
Fotografía de los ensayos de 'Los gatos mueren como las personas'.
David Pallarés

David Pallarés

Con siete años vi a Madonna besarse con Britney Spears en la tele y desde entonces mi vida cambió.

16 mayo, 2024
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Tras la desoladora Segunda Guerra Mundial, Alemania quedó destruida en todos los sentidos. Y sobre las ruinas de su sociedad, surgieron dos autores cuyas obras retrataron la realidad de un país desolado (y dividido), y que marcaron una época en la cultura europea: el dramaturgo Heiner Müller y el director de cine Rainer Werner Fassbinder.

Basándose en la obra Cuarteto, del primero, y la película Atención a esa prostituta tan querida, del segundo, el dramaturgo Dan Jemmett dirige Los gatos mueren como las personas, donde explora varios de los temas tratados en la obra de ambos autores: el dolor de la psique humana, la disidencia sexual, la identidad de género y, sobre todo, los dos estados más apremiantes en el ser humano, el aburrimiento y el deseo. Hablamos con David Luque, uno de sus protagonistas, sobre la obra.

“Es alucinante relacionar dos obras de dos autores tan sorprendentes que vivieron en la Alemania del siglo XX, pero cada uno a un lado distinto del muro. En ambos hay una mirada muy queer sobre las identidades de género y sobre el cuerpo, y abren un debate muy adelantado a su tiempo. Por eso juntarlos en esta obra hace que volvamos a poner sobre la mesa todas estas cuestiones que ya eran una preocupación hace más de cincuenta años”, explica David Luque, uno de los protagonistas de la obra.

Sobre las tablas, además, los actores fluyen con el género y juegan con el vestuario y la escenografía para ello. Con vestidos, plumas, corsés, maquillaje y unas pelucas al puro estilo del siglo XIX, pero reinterpretadas como crestas punk. “Muchas personas piensan que los actores estamos locos, pero no saben lo liberador que es subirse a un escenario y no tener ningún tipo de prejuicio sobre la ropa que nos ponemos, cómo nos maquillamos o lo que hacemos. El teatro siempre es un espacio seguro y, si a alguien le molesta…, que se lo haga mirar”, explica el actor.

“Ahora estamos en un momento de mucha libertad pero a veces se nos olvida lo fácil que se puede perder. Sin ir más lejos, hace poco vimos cómo censuraban obras en nuestro país. Hay mucha gente que sigue luchando por defender nuestros derechos y gracias a ellos podemos seguir disfrutándolos… Pero que no se nos olvide”.

LOS GATOS MUEREN COMO LAS PERSONAS SE REPRESENTA EN EL TEATRO VALLE-INCLÁN DE MADRID DEL 16 DE MAYO AL 23 DE JUNIO

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