El arqueólogo zaragozano Mikel Herrán lleva varios años dedicándose a la divulgación desde sus redes sociales, bajo el nombre de @PutoMikel. Ahí cuenta multitud de datos, historias y anécdotas sobre el colectivo LGTBIQ+ a lo largo de los últimos siglos de historia. Ahora, presenta su último libro, Sodomitas, vagas y maleantes, donde hace una disección de la historia de la España desde el punto de vista más diverso. Desde Atapuerca hasta Chueca, hace frente a los bulos y la desinformación desde el rigor y las fuentes.
Tal y como se dice en el propio libro, «esta es una historia de desviados: del marica, de la lesbiana, del sodomita, del invertido, del travestido, del hermafrodita…; aquellos que desafiaban la norma del deseo, el género o el sexo. Se podría decir que es la historia LGTBIQ+ de España desde mucho antes de que existieran esas siglas o incluso España». Hablamos con Mikel Herrán, que nos regala algo mejor que una entrevista: una clase de Historia.
La idea de llevar a cabo este libro nació después de que Mikel conociera el caso de un tumba en la que habían enterrado a dos hombres juntos en El Argar, 2.500 años antes de Cristo. Un ritual de la cultura prehistórica de la Edad de Bronce, en la que solían enterrar a un hombre y una mujer juntos, o a una mujer con un individuo infantil. Pero… ¿dos hombres? Eso le hizo preguntarse al arqueólogo cuántas vidas LGTBIQ+ se habían silenciado durante la historia, así que decidió investigar más a fondo sobre ello.
«Me parecía muy interesante la idea de una prehistoria queer. Muchas veces se ha acusado a los arqueólogos de omitir otras realidades diversas, como pasó con los amantes de Módena, así que quise escribir esa historia que nunca nos habían contado y abarcarla desde la prehistoria más remota hasta nuestros días».
En su estudio, Herrán ha querido centrarse en las primeras etapas de la historia pues, obviamente, el colectivo no surgió por arte de magia durante las revueltas de Stonewall. «Claro que la gente queer ha existido desde siempre. ¿Por qué no pudo haber un maricón en Atapuerca? El asunto es que fue a finales del siglo XIX cuando se empieza a hablar de sexualidad como identidad desde un punto de vista médico, y eso genera el resto de conversaciones alrededor del género, la sexualidad y la identidad que conocemos ahora».
«Uno de los ejemplos más claros de ver otro tipo de relaciones lo encontramos en las antiguas Grecia y Roma. Ahí el sexo entre hombres era algo muy habitual y se han hallado multitud de pinturas que lo representaban. El único apunte es que se trataba de algo jerárquico. Si un hombre se acostaba con otro tenía que ser de un rango inferior a él, y que ocupara siempre la posición del pasivo, como una manera de dominancia y poder», explica el escritor. «Esto, a su vez, atraviesa la línea más transversal de la plumofobia y la pasivofobia. El que era ‘sometido’ estaba por debajo del activo, era alguien inferior porque ocupaba el papel de la mujer, por lo que estamos hablando de pura misoginia, que es el origen de toda la homofobia«.
Esa idea de que las personas LGTBIQ+ son una moda surge a raíz de la colectivización que se ha vivido en las últimas décadas, que, a su vez, ha llevado a más exposición y visibilidad en las calles y en los medios de comunicación. «Cuando las personas queer empezamos a ocupar más espacios da la sensación de que aparecemos de la nada y nuestra simple visibilidad convierte a otros en iguales. En los años 90, con la llegada de las televisiones privadas, se empezó a dar altavoz a más gente del colectivo, y fue entonces cuando surgió el debate del buen y el mal marica. La gente aceptaba antes a un Jesús Vázquez que a un Boris Izaguirre, o a una Bibiana Fernández que a una Veneno».
«Lo excesivo y reprobable se condenaba porque se creía que ese tipo de perfiles daban mala imagen al colectivo. Al final no deja de ser un intento de encajar en la sociedad y de que el bully nos respete, por pura supervivencia. Lo realmente importante es demostrar que las personas LGTBIQ+ existen y pueden ser de cualquier tipo. ¿A que nadie se plantea que un heterosexual maleducado y obsceno dé mala imagen al resto de heterosexuales?«, defiende.
SODOMITAS, VAGAS Y MALEANTES ESTÁ EDITADO POR PLANETA Y YA ESTÁ A LA VENTA EN LIBRERÍAS.