Memonto
En inglés existe el término “memento”, que estaría formado por la mezcla de las palabras momento y memorable, que es usado para referirse a algo que te hace recordar a una persona, un lugar o un objeto. Esta palabra, debido a la influencia del español, a veces es confundida con “momento” por los angloparlantes, pues no hay mucha diferencia en la pronunciación. En mi caso, he de decir que no utilizo ni la una ni la otra, pues me he inventado una parecida a la que he añadido la palabra “montar” a la suma. El término en cuestión es “memonto” y significaría algo así como me monto momentos que sé que serán memorables, y sí, yo me los monto.
Estaría genial que fuera otra persona la que lo hiciera por ti, como aquel chico con el que estuve saliendo que tras haber pasado dos semanas fuera de España por trabajo, vino a recogerme al aeropuerto a mi llegada y me llevó, sin yo saberlo, a que me dieran un masaje ‘descontractutodo’ de hora y media. O aquel otro que en la segunda cita me llevó también sin saberlo a un spa privado de aguas termales naturales solo para dos, con champán, velas y cotillón.
Pues sí, eso está muy bien y nos gusta a todos. Pero también hay que predicar con el ejemplo y por eso yo también lo he hecho en más de una ocasión. Como por ejemplo aquella Nochevieja en París con cena en barco por el Sena incluida con un acompañante que no sabía dónde iba a pasar los últimos días de aquel 2016. Pero como ahora parece que no tenemos tiempo ni para atarnos los cordones, no espero a que esto suceda.
Desde el año 2010 mi lema en la vida es el de no posponer ilusiones. Porque vivir va de eso, de aprovechar el momento y de echar el resto para vivir momentos memorables, compartidos o no. Así que mientras espero a que me los organicen y me decido yo a organizárselos a alguien, como buen Juan Palomo (nunca mejor dicho), yo me lo guiso y yo me lo momonto.
ILUSTRACIÓN: David Rivas
Poemas y relatos cortos escritos por el escritor y docente Juan Carlos Prieto Martínez
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