Siete oasis de interior para vivir un verano diferente

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Llega, por fin, uno de esos momentos que nos permiten parar y dedicarnos tiempo a nosotros mismos. El verano ya está aquí y, si eres de esos que se dejan los planes para última hora, esto te interesa. Hemos preparado para ti una selección de siete destinos especiales para disfrutar de un verano único y diferente. Cierra los ojos y piensa en piscinas que miran a la naturaleza, en rincones de foto que regalan sugerentes puestas de sol, pueblos bohemios y pintorescos perfectos para un agradable paseo de tarde…

¿Quieres que sigamos? ¿A que sí? Entornos naturales en los que perderse y dejarse llevar por la aventura o históricos enclaves que te ayudan a recrear el pasado. Ahora abre los ojos porque todo eso que te has imaginado está a tu alcance. Te traemos una selección de Paradores que te ofrecerán la cara más original y refrescante de este verano para desconectar, pero de verdad, y disfrutar de unas extraordinarias vacaciones sin necesidad de pisar la playa.

SIÉNTETE UN VERDADERO EMIR

Pasar la noche en un palacio andalusí es algo que deberías hacer al menos una vez en la vida. Y te proponemos hacerlo en el Parador de Carmona, levantado sobre las ruinas del alcázar árabe del siglo XIV, que fue refugio de amantes. Allí empezaron a reunirse, para sus encuentros amorosos, Pedro I de Castilla (para unos el Cruel y para otros el Justiciero) y la dama castellana María de Padilla, y acabó siendo la morada predilecta de la pareja.

Un lugar que ahora inspira romanticismo e historia. Muy especial, a solo media hora de Sevilla, tranquilo y sereno, con un patio interior que enamora y una bonita piscina en la que refrescarse y relajarse. El alojamiento, que brinda unas impresionantes vistas a la campiña sevillana, tiene todo lo necesario para no querer salir. Incluido un restaurante, que se ubica en el antiguo refectorio, donde degustar la mejor cocina regional.

Y ya que estás allí, acércate a conocer las maravillas de Carmona: la Puerta de Sevilla, el Museo de la Ciudad, el Teatro Cerezo, la Plaza de San Fernando, el Ayuntamiento, la Plazuela de San José o la del Marqués de las Torres. Y , por supuesto, el Conjunto Arqueológico de este municipio, a sólo diez minutos a pie, con singulares edificios romanos de los primeros siglos de nuestra era. Y es que esta zona presume de más de 500 yacimientos, que dan cuenta de sus más de dos mil años de antigüedad.

Si también decides conocer el entorno, en esta época, el Geoparque Mundial de la Unesco de la Sierra Norte de Sevilla será una gran opción. Allí no faltan miradores, dehesas, barrancos, así como embalses y cascadas, como la del Huéznar, donde refrescarse en un precioso enclave natural de aguas turquesas.

EL SECRETO (ENTRE MONTAÑAS) MEJOR GUARDADO

La desconocida Montaña Palentina será para ti todo un descubrimiento. Un bello territorio serrano salpicado de circos, valles y lagunas, como el Lago de las Lomas, el Lago de Ves o el Pozo Curavacas), y cuna de los dos ríos más importantes de la provincia: el Carrión y el Pisuerga. ¿A que te lo imaginas? Allí, en plena naturaleza virgen, con el único sonido de los pájaros y de la brisa veraniega, te encuentras con un refugio que cautiva a primera vista. El Parador de Cervera de Pisuerga, un alojamiento que destaca por las impresionantes vistas que se dibujan desde su terraza y sus habitaciones al Pantano de Ruesga y a los picos más altos de este bello paraje del Parque Natural de Fuentes Carrionas y Fuente Cobre.

El mejor lugar para desconectar y para para adentrarse en las montañas de la Cordillera Cantábrica, un paraje de naturaleza virgen que ofrece rutas como la del Roblón de Estalava para ver a El Abuelo, un roble de extraordinaria longevidad, o los tejos milenarios de La Tejada de Tosande. Y, como manda la época, recorrer el sendero que lleva hasta la cascada de Mazobre, un espectacular mirador desde el que contemplar la caída del agua.

Además, la zona ofrece espléndidas muestras del arte románico, como el Monasterio de Santa María La Real en Aguilar de Campoo, la Iglesia de San Juan de Moarves de Ojeda o la Iglesia rupestre de Olleros de Pisuerga. Si vuelves, seguro que repites.

A CABALLO ENTRE EL PASADO Y LA VANGUARDIA

Es hora de viajar hasta el pirineo catalán, a la comarca del Alt Urgell, para conocer un auténtico oasis para los amantes de la naturaleza y los deportes de montaña. Y es que este lugar, en el que encontrarás el precioso Parador de la Seu D’Urgell, joya del románico catalán, se ubica entre dos parques naturales, el Parque Natural de Cadí Moiseró y el Parque Natural del Alto Pirineo, además de estar cerca también del Parque Natural de Aigüestortes y el Lago de San Mauricio. ¿Necesitas más? Pues aquí lo tendrás. Porque el propio alojamiento, un edificio histórico, con claustro del siglo XVIII, es perfecto para mimar cuerpo y mente. Cuenta con zona wellness, gimnasio, sauna, piscina interior y solárium en una bonita terraza.

Un lugar que te sorprenderá, donde degustar la deliciosa cocina de montaña en su minimalista restaurante y salir a patear el casco antiguo de Seu d’Urgell. Empieza por la Catedral de Santa María, anexa al Parador, la única románica que se conserva en Cataluña. Y continúa dando un paseo por las calles porticadas de la ciudad medieval. En la Calle de los Canónigos y la Calle Mayor encontrarás algunos de los rincones más instagrameables de La Seu.

Y si te queda tiempo, y ganas, después de una jornada de rafting, hidrospeed, trekiking y BTT, siempre puedes acercarte a visitar Andorra, que está a menos de media hora.

UN REFUGIO EN UNA MARAVILLA PATRIMONIAL

Los 20 grados de temperatura media de Sierra Nevada en verano serán una auténtica bendición en el Parador de Granada. Un lugar que deberías considerar ya que incluye senderismo, deportes de aventura, astroturismo y mucho más. Visita el Observatorio de Sierra Nevada, el Jardín Botánico Hoya de Pedraza –muy recomendable recorrerlo y disfrutar de sus bonitas vistas y de las especies, algunas solo presentes en esta zona–, atrévete a subir al Mulhacén y, si te animas en agosto, puedes contemplar de bonitas lluvias de estrellas. Además, a un paso puedes encontrar los preciosos pueblos de La Alpujarra y sentarte a tomar algo en alguna de sus tentadoras y tranquilas terrazas. Pampaneira, que según The Times es el pueblo más bonito del mundo; Órgiva, Trévelez, Capileira, Bubión, Pórtugos o Lanjarón.

Y aún nos queda lo mejor: Granada, una de las ciudades con más embrujo de Andalucía. Piérdete por las callejuelas del barrio del Albaicín, entra en una de sus teterías a probar deliciosos dulces árabes y asómate al Mirador de San Nicolás. Pasea por el barrio de Sacramonte y adéntrate en el casco histórico de la ciudad para descubrir la Catedral y los Monasterios de San Jerónimo y La Cartuja. ¿Echas de menos algo? Por supuesto: la Alhambra, una de las maravillas del patrimonio español y mundial.

Palacios nazarís, jardines y fortalezas que pudo disfrutar el emir y la corte del reino nazarí. Un lugar mágico en el que tendrás la suerte de pasar la noche porque en el mismo recinto monumental encontrarás un Parador. Sí, has oído bien: el que fuera palacio nazarí de los infantes y convertido luego en convento por los Reyes Católicos en en siglo XV, es hoy uno de los alojamientos más especiales y emblemáticos de nuestro país, porque allí tendrás la sensación de encontrarte en otra época.

De hecho, conserva elementos originales, como la sala árabe, el patio, transformado en un tranquilo claustro con arcos y columnas toscanas donde solo suena el agua de la fuente y de la acequia que lo atraviesa, o la qubba, un espacio que presume de una impresionante cúpula de mocárabe y de la que fue tumba provisional de los Reyes Católicos hasta su traslado a la Catedral. Además, el Parador acoge los restos de los baños árabes del palacio, descubiertos en 1949.

AIRE LIMPIO JUNTO A LA CALZADA ROMANA MEJOR CONSERVADA

El Parador de Gredos y la sierra que le rodea puede ser otra de las opciones para escapar este verano de la ciudad y buscar la conexión con la naturaleza en un lugar tranquilo, fresco y en el que además puedas darte un chapuzón en algunas de las pozas naturales de la zona y emprender alguna ruta por las muchas sendas que hay repartidas por este entorno, como la de la Laguna Grande o la del Pinar de Navarredonda.

Además, en el cercano Puerto del Pico puedes caminar por una de las calzadas romanas mejor conservadas de España. Y estás a un paso de las cercanas villas de El Barco de Ávila y Arenas de San Pedro, que sí o sí hay que visitar.

Por supuesto, tanta actividad exige un buen alojamiento en el que descansar y reponer fuerzas. Y queremos recomendarte uno, el Parador de Gredos. Un lugar al que ir a perderse para disfrutar de su tranquilidad y, sobre todo, de la espectacular panorámica de la Sierra de Gredos que se disfruta desde todas sus terrazas. La casona, de piedra y pizarra, es mucho más que un refugio de montaña.

Fue el primer Parador que abrió sus puertas y, no menos importante, el lugar elegido por los padres de la Constitución para elaborar el primer borrador de la Carta Magna. Sobran los motivos. Árboles y montañas, mires por donde mires, tranquilidad, buenas vistas y desconexión total. Quien no se inspire aquí es porque no quiere.

DESCONEXIÓN CON VISTAS A UN PEDAZO DE HISTORIA

Ten presente también una buena alternativa urbana, como la que puede ofrecerte el Parador de Segovia en verano. Una ciudad que cuenta con su mítico acueducto y las impresionantes murallas medievales, además de su Plaza Mayor y la maravillosa Catedral, edificios singulares como la Real Casa de la Moneda y el imprescindible Alcázar de Segovia, un auténtico castillo de cuento que inspiró a Walt Disney para el castillo insignia de la compañía.

Joyas de una ciudad que sorprende y que puedes disfrutar desde otra perspectiva. La que te ofrece el Parador de Segovia, a solo tres kilómetros. Un moderno edificio que te brinda las mejores vistas de la ciudad, sin exagerar. Desde sus bonitos jardines, desde su piscina de verano y desde su restaurante se dibuja el imponente perfil de Segovia, que no te cansarás de mirar. Eso sí, que no se te enfríe el plato porque pidas lo que pidas (lechazo, cochinillo, judiones de La Granja…), la rica cocina regional castellana que preparan en su restaurante exigirá toda la atención de tu paladar.

EN UN INMESO MAR DE OLIVOS

Rodeado por las montañas de la Sierra de Cazorla, Sierra Mágina y Sierra Nevada se empeñan en jalonar, el bello Parador de Úbeda va a ofrecerte una alternativa tentadora, original, histórica y algo bohemia para este verano. Ciudad Patrimonio de la Humanidad, te sorprende a cada paso con imponentes edificios renacentistas que suelen atesorar patios de capricho. Uno de ellos es el del Parador de Úbeda, una de las joyas arquitectónicas ubetenses más emblemáticas.

Emplazado en la Plaza de Vázquez de Molina, anexo a la Sacra Capilla del Parador, se convertirá en tu mejor opción para descansar, relajarse, ojo a su precioso patio central, uno de los más bonitos de Úbeda, y disfrutar de la vibrante vida de esta villa jiennense. Bonitas plazas, palacios, iglesias, agradables terrazas y algún que otro rincón en honor a un famoso músico oriundo de la ciudad, Joaquín Sabina, incluido un curioso local que recomendamos visitar. Eso sí, después de disfrutar del maravilloso patio y sucumbir a unos buenos andrajos o probar el lingote de cordero segureño. Ambas, especialidades del restaurante del Parador.

Y como el paisaje llamará tu atención en cada mirador, no dejes de planear alguna ruta por Cazorla, como la que te lleva por la Cerrada del Utrero y la Cascada de Linarejos o la senda que discurre junto al río Borosa y la Cerrada de Elías, un desfiladero con pasarelas de madera que te dejará con la boca abierta y con el Instagram echando humo. Un lugar precioso, sin duda. Como también lo es el mismo pueblo de Cazorla. Y ya que estás en Úbeda, puedes aprovechar para acercarte a Baeza, otra ilustre villa renacentista que es también Patrimonio de la Humanidad.

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