Pol Granch, a golpe de abanico: "Soy la persona que más ha vivido la cultura de la cancelación en este país"

Temas: Cine, Locomía, Música, Pol Granch

Si algo ha demostrado Pol Granch en su corta trayectoria  artística es que nunca deja indiferente a nadie. Desde que saltara a la fama tras su paso por Factor X España, allá por 2018, el cantante madrileño ha acaparado el foco mediático por su música… y también por sus polémicas, que resulta difícil pasar por alto. Ahora, prueba suerte en el mundo del cine gracias a Disco, Ibiza, Locomía, la película de Kike Maíllo sobre el famoso grupo de los 80 y 90 que volvió locos a miles de fans a golpe de abanico.

De entrada, Pol nos confiesa que no le gustan las entrevistas, que se pone nervioso ante la cámara porque muchas veces no consigue transmitir todo lo que quiere decir. A pesar de ello, hemos podido hablar con el cantante y actor sobre esta última aventura cinematográfica, y también sobre algunos de los temas ‘delicados’ que se tocan en la película . Como la homofobia dentro de la industria musical, las críticas, las controversias y esa imagen de “sexo, drogas y rock and roll” que tienen algunos artistas.

“Enfrentarme a un proyecto como este ha sido todo un reto y, sobre todo, una oportunidad. Cuando entré en la película no conocía muy bien al grupo y la verdad es que, gracias a su valentía y la forma que tenían de hacer las cosas, me han aportado mucho. Me ha encantado formar parte de ello por su historia y por todo el equipo que me permitió de nuevo ser actor. Cómo me apoyaron y me acogieron fue la hostia”. Aunque parezca mentira, puede que, al igual que le sucedía a Pol Granch, tampoco sepas demasiado sobre el grupo Locomía.

La banda de pop y electrónica fue todo un fenómeno a finales de los 80 y principios de los 90. Su estilo barroco y extravagante de vestir y sus coreografías imposibles, en las que cobraban especial protagonismo sus enormes abanicos, llamó la atención de todo el mundo. En su época, aún era difícil salir del armario, sobre todo para los artistas, por lo que la banda tuvo que jugar con la ambigüedad de su sexualidad y no pudo revelar su verdadera orientación. Una homofobia que estaba impregnada en la industria y que parece que sigue vigente en la actualidad.

Le preguntamos a Pol sobre ello, que contesta tras una larga pausa para pensar: “Hoy en día seguimos igual, ¿no? Cada uno peleando por sus derechos, por mostrar lo que es y su libertad. En la industria musical sigue habiendo lo mismo, la gente queriendo expresarse y haciendo su arte”. La pregunta parece hacerle recordar algunas acusaciones a las que tuvo que hacer frente hace unos años y prefiere pensar bien la respuesta para cuidar las palabras. “En lo que a mí respecta, yo me siento muy identificado con ellos. Eran personas a las que insultaban por muchas cosas que ellos no eran, pero siguieron hacia delante ellos solitos y se refugiaron en cosas no tan buenas como las drogas. Pero bueno, ahí siguieron, luchando por su sueño”.

Pol confiesa sentirse identificado con Locomía justamente por toda esa controversia que levantó, y no tiene pelos en la lengua a la hora de defenderse: “Yo soy la persona que más ha vivido la cultura de la cancelación en este país y estoy hasta los cojones, lo digo así abiertamente. De pequeño puse unos tuits y unas cosas que parecía que eran algo que tú piensas ‘Dios, este tío de qué va’ y se ha generado una movida de cancelación que me tiene hasta los cojones, de verdad. Yo no soy la persona que dicen, nunca me han gustado los extremos, y el público LGTBIQ+ es mi casa, y yo pertenezco. Una persona que se equivoca, se ha equivocado, joder… Se puede permitir que alguien se equivoque y siga adelante, ¿no? Yo soy una persona que se expresa muy mal, y estoy madurando muy raro. Me cuesta hablar en público, pero poco a poco lo iré haciendo mejor, aunque siento que se me ataca de primeras”.

Siempre ha existido la imagen del músico desfasado al que le atrae el mundo de la noche. El famoso “sexo, drogas y rock and roll” que ha perseguido a muchas estrellas a lo largo de sus carreras. En Disco, Ibiza, Locomía se refleja muy bien este tema y Pol Granch, como músico que es, conoce de primera mano el mundo del espectáculo: “A veces la vida del artista se asemeja a eso. Se me ha tachado mucho de que si drogas, que si no sé qué, pero a mí no me gusta drogarme ni me gusta excesivamente la fiesta”, explica. “Yo soy una persona que termina sus cosas y se va a casa, me guardo rápido. Son todo clichés. El artista no es un tío que está todo el día tumbado metiéndose tranquilizantes”.

Para conocer un poco mejor cómo es la vida de un artista, le preguntamos a Pol Granch sobre su día a día, más allá de polémicas y acusaciones. “Cuando no tengo nada que hacer, me gusta pasear por el campo, estar con mi familia y amigos y estar en casa todo el día jugando a la play. Tengo una vida normal de chaval de pueblo, con su gente y punto. Y luego, cuando hay curro, pues me toca estudiar cosas de acting, prepararme el personaje, trabajar en mi música. Y si toca gira, pues estoy de aquí para allá sin parar. Pero ya te digo, una vida muy normal”, defiende.

A su faceta de actor y cantante, se suma la de modelo. No es la primera vez que Pol Granch se pone frente a las cámaras para dejarse fotografiar mientras juega con la moda y diferentes maquillajes. Algo a lo que, según nos cuenta, le está empezando a coger el gustillo: “Cada vez me gusta más expresarme delante de la cámara y conectar rápido con un fotógrafo. Todas las cosas del arte me gustan porque me permiten conectarme de alguna manera con lo liviano, y conectar energéticamente con una persona, sin tener que hablar ni leches”.

Y aunque reconoce que las críticas y los comentarios negativos le suelen afectar e influir a la hora de trabajar en su música, nos adelanta que está preparando nuevas canciones que muy pronto verán la luz. “Estoy preparando también otra gira, porque acabo de venir de hacer una por Latinoamérica y ha sido brutal”, cuenta entusiasmado. “Me encantaría que a la gente le gustase mi música y mi arte, no querría decepcionar a nadie. Últimamente parece que me centro en cosas más feas, y siento que se me ha ido mucha creatividad y mucha magia. Quiero tener paz y estar a gusto con mi familia y amigos”, concluye.