Cindy Ngamba es una boxeadora originaria de Camerún que ahora reside en Reino Unido como refugiada. A pesar de los intentos para que compitiera en representación del equipo británico, Cindy ha optado por mantenerse fiel a su país de origen. Sin embargo, debido a su orientación sexual, regresar a Camerún es imposible para ella, ya que la homosexualidad en su país está castigada con penas de prisión que van desde los seis meses hasta cinco años. Además, las personas del colectivo LGTBIQ+ en Camerún son socialmente repudiadas y perseguidas. A pesar de no poder representar a Camerún y tampoco poder competir en el equipo británico, Ngamba entrena en las instalaciones de este último y cuenta con el apoyo técnico que el brindan, al igual que el resto de refugiados olímpicos.
Actualmente, Cindy forma parte del Equipo Olímpico de Refugiados (EOR), un conjunto sin bandera que se inició en los JJOO de Río 2016, fue su abanderada este año y ha hecho historia al conseguir una medalla bronce para este equipo tras perder contra la panameña Atheyna Bylon. Lo máximo que había conseguido este equipo hasta el momento fueron dos quintos puestos en Tokio 2020 en kárate y taekwondo.
🥊 Today Cindy Ngamba secured the first ever medal for the @RefugeesOlympic Team. She won her quarter-final match against French athlete Davina Michel by unanimous decision.
She will now compete for a place in the final on Thurs 8 Aug at Roland Garros stadium.
The medal is… pic.twitter.com/SEOoFU1BkY
— The Olympic Games (@Olympics) August 4, 2024
Thomas Bach, el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) les dedicó estas palabras en la ceremonia inaugural: “Con vuestra participación en los Juegos Olímpicos, demostrareis el potencial humano de resistencia y excelencia. Esto enviará un mensaje de esperanza a los más de 100 millones de desplazados de todo el mundo”.
La vida de Cindy no ha sido fácil. Huyó de Camerún a los 11 años junto a su hermano y su padre, en busca de una vida mejor. Vivó una infancia difícil sin su madre, tuvo que aprender un nuevo idioma y sufrió acoso escolar. Cuenta como estuvo a punto de ser deportada tras haber estado en un campo de detención y dice que fue una “experiencia aterradora”. En el programa de Eurosport Refugees’ Voice contó que “era una niña triste que intentaba llevar cada día como venía, pero era duro. Sobre todo, porque estaba sin mi madre”.
Su salvación fue el deporte, en concreto, el boxeo. Empezó a practicarlo en un club local juvenil y consiguió tres títulos nacionales, una medalla de oro internacional y ahora tiene una medalla olímpica para sumar su lista de éxitos. Aun así su comienzo en el mundo del boxeo no fue fácil, su entrenador Dave Langhorn no confiaba en ella ni en el boxeo femenino, esta prueba fue olímpica por primera vez en Londres 2012. Cindy estuvo meses haciendo comba, flexiones y abdominales hasta que le rogó una oportunidad para hacer guantes. Para desanimarla, Langhorn la enfrentó con un luchador más grande, y esperaba que desistiera. Pero cuando fue derribada y se levantó con determinación, además de devolverle dos golpes, Cindy supo que se había enamorado del boxeo. Esto refleja su espíritu resiliente y su pasión por el deporte que la ha llevado a lo más alto.