Ejercicio, comida sana, beber agua y dormir bien son los clásicos trucos para mantener una vida saludable y, de paso, tener una piel perfecta. Y aunque muchas veces intentemos llevarlo a rajatabla, hay uno de estos puntos que nos cuesta un poco más: el de dormir. Y es que no siempre podemos descansar todas las horas que necesitamos, o no tenemos la cama idónea para que nuestro cuerpo pueda reposar.
Cuidar de nuestro descanso es esencial para preservar tanto nuestra salud mental como física. La forma en que nos sentimos mientras estamos despiertos depende, en parte, de lo que ocurre mientras dormimos. IKEA, como especialista en la vida del hogar ha detectado los 6 elementos esenciales para garantizar que se pueda dormir bien y que influyen de manera significativa en la calidad de su sueño, lo que a su vez afecta a su energía, salud y felicidad al día siguiente.
Comodidad. La primera y más importante es la comodidad. Un colchón cómodo, una almohada que se adapte a tu posición al dormir y el edredón adecuado son vitales para un buen sueño. Si debes tener una cama firme o suave depende de tu posición al dormir. Elegir una almohada también es muy personal. Tu almohada debe ajustarse a tu gusto, pero también a tu posición al dormir y combinar bien con tu colchón.
Luz. El segundo elemento esencial es la luz. Idealmente, el dormitorio debería ser lo más oscuro posible, lo cual a veces es más fácil decirlo que hacerlo. Las cortinas y persianas opacas pueden marcar una gran diferencia al bloquear la luz natural y las luces de la ciudad. Si nada más funciona, una máscara para los ojos hará el trabajo (Antifaz). Otra cosa a considerar es el color de la luz. La luz cálida es la mejor opción cuando te estás preparando para dormir. Una bombilla regulable en la que puedes cambiar la calidez de la luz puede ser una muy buena inversión. Y trata de hacer de tu dormitorio una zona libre de pantallas, ya que los dispositivos electrónicos emiten luz azul que engaña a nuestro cuerpo haciéndole pensar que es hora de despertar y dificulta el sueño.
Colores, mobiliario y orden. Cuando se trata de muebles en el dormitorio, mantenlo simple y controla el desorden. Cuanto menos tengas, es más probable que duermas bien. Como sabrás, los colores afectan nuestra mente de diferentes maneras. Asegúrate de elegir un color que te relaje. Los colores de dormitorio más relajantes son el azul, el amarillo y el verde. La alternativa menos favorable para un buen sueño es el morado. Con todo ello, podrás tener un entorno controlado que te proporcione la paz y tranquilidad necesarias para conciliar el sueño.
Temperatura. La temperatura es uno de los factores que influye directamente en la calidad del sueño y no siempre se le da la importancia necesaria. Mientras dormimos, el sueño REM es más sensible a alteraciones relacionadas con la temperatura que el sueño no REM, ya que el ser humano tiene una mínima capacidad de termorregulación durante esta fase. Se estima, por tanto, que la temperatura ideal para el dormitorio es de 18 – 21 °C. Por eso, es muy importante escoger bien el edredón y la ropa de cama.
Sonido. El siguiente elemento esencial para un buen sueño es el sonido. En un mundo perfecto, tu dormitorio debería ser un oasis de calma. Un lugar protegido contra sonidos no deseados e intrusivos que pueden interferir con un buen sueño. Mantener el sonido fuera puede ser un verdadero desafío. Los muebles suaves, como las cortinas pesadas y las alfombras gruesas, ayudan a aislar el dormitorio y también amortiguan las vibraciones. Los tapones para los oídos también pueden ayudar (también contra los ronquidos de la pareja).
Calidad del aire. La calidad del aire es el quinto elemento esencial. En muchas partes del mundo, mantener tu hogar libre de contaminación es un gran problema. Y dado que pasamos tanto tiempo en la cama, es más importante en el área de dormir. Una cortina purificadora de aire, un ventilador, una unidad de aire acondicionado, un purificador de aire pueden marcar una gran diferencia. También es importante asegurarse de que el aire en el área de dormir no esté demasiado húmedo. Demasiada humedad impide que la humedad se evapore de nuestro cuerpo, lo que nos hace sentir incómodamente calientes y pegajosos.
Y es que durante el sueño, el cuerpo trabaja para apoyar una función cerebral saludable y mantener la salud física. Por lo que un buen descanso no solo depende de nuestro cuerpo, sino también del entorno en el que descansamos.
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