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Con este son ya seis años viniendo al Benidorm Pride o Benidorm Pride Festival, no sé cómo llamarlo. Llegué con la misma ilusión que siempre, con las mismas ganas, pero tal vez más escarmentado de lo que significa llevar a cabo un Orgullo. La agenda Pride de Benidorm iba desde el lunes 2 al domingo 8 de septiembre. Llegué el jueves y me alojé en el casco antiguo para estar próximo a los principales locales gais de la localidad. El centro de Benidorm te recuerda de inmediato que te encuentras en un sitio muy tolerante con la comunidad LGTBIQ+, pues son muchas las calles y bares que lucen la bandera arcoíris.
La primera noche, tras un buen baño en la playa de Levante, decidí ir a un pub de música en directo enfocado a los turistas ingleses, el Pig N Whistle Pub. Creo que es lo que toca si estás en Benidorm, empaparte del ambiente inglés y sumarte a la manera de divertirse de ellos; el hablar o no hablar el mismo idioma puede ser secundario si hay ganas de pasarlo bien. Solo me encontré con una persona de España, una mujer de Logroño que iba buscando lo mismo que yo, sumergirse en el ambiente anglosajón. Después de unas risas y unos bailes con unas señoras muy risueñas, o al menos esa noche lo parecían, me dirigí al cruce gay del casco antiguo. Es súper guay esa zona porque los locales son semiabiertos, te sirven en vasos de plástico para que puedas estar en la calle, que es donde está la mayor parte del público. El ambiente estaba bastante bien, a pesar de no ser todavía fin de semana. A mi mente venían recuerdos de años anteriores, venía la añoranza y la melancolía, pero no era momento de llorar sino de disfrutar del presente.
Al día siguiente solo tenía en mente descansar bastante para estar lo suficientemente enérgico para la White Party, uno de los eventos programados del Benidorm Pride. Fui con un amigo de Valencia que llegó ese día. No me planifiqué demasiado a la hora de preparar el equipaje, por lo que no llevaba ropa blanca para la fiesta. Decidí comprarme una camiseta blanca en uno de los múltiples bazares de souvenirs típicos que hay en Benidorm. La camiseta reza ‘I love Benidorm’. Maravilla. La cita estuvo muy bien organizada, la gente lucía con ropa blanca, el público era muy variado, aunque predominaban los turistas ingleses. Se desarrolló en el auditorio Julio Iglesias, un espacio muy amplio y al aire libre. Mi noche culminó en la zona gay del casco antiguo. Ya en este momento comencé a ver caras conocidas de años anteriores, de Murcia, de Alicante y de Valencia. Todos unidos por un mismo motivo: el Benidorm Pride.
A la mañana siguiente, la del sábado, me levanté como pude para ir a desayunar, pero en verdad mi cuerpo solamente me pedía cama. Tras el desayuno, continué durmiendo hasta que llegó la hora de prepararme para la cita más importante de la semana: el desfile del Orgullo. El recorrido fue desde la playa de Levante hasta el Auditorio Julio Iglesias. Llegué dispuesto a hacer numerosas fotografías, pues el desfile estaba lleno de color y alegría, de gente feliz con atuendos muy vistosos y peculiares. Iba con una idea preconcebida, pensaba que tal vez la parte reivindicativa no existiría o sería demasiado breve, pero no sabía lo que me encontraría.
A primera vista, vi muchísima más gente esperando para ver el desfile que años anteriores. “Se nota la diferencia, hay muchas más personas que las semanas anteriores por esta misma zona”, me comentó una camarera de una heladería por donde iba a pasar el desfile. “Se nota que aquí puede participar toda la gente que quiera; vivo en Benidorm desde hace 65 años y es la primera vez que lo voy a ver, estoy viendo a muchas mujeres como yo”, me dijo una señora de Ciudad Real que esperaba junto a su marido para ver la marcha pasar por la avenida del Mediterráneo.
Mientras llegaba la marcha, decidí hablar con un grupo de chicos españoles para ver cuál era su motivación para estar en el Pride: “Hemos venido tanto por la reivindicación y visibilidad, como por la fiesta”. A continuación conocí a Marta, una chica que iba con su hijo de unos 5 años: “Llevo varios años viniendo, es favorable que los niños vean esto. Hay padres y madres del colegio de él a los que da pena escucharlos hablar sobre estos temas”.
La marcha estaba encabezada por la parte política y reivindicativa. El grupo político Compromís fue el que abrió el desfile. “El Orgullo no es solamente la parte lúdica, sino también la reivindicativa para que la gente no se olvide de nuestros derechos, por los que hemos luchado y seguimos luchando”, señala Pere Beneyto, portavoz de Compromís Benidorm. Aitana Manniom, número 2 de la lista de Compromís Benidorm, me habló de la importancia de que no desaparezca la parte de reivindicación: “Es verdad que es una fiesta y hay que celebrar lo que ya se ha conseguido, pero queda todavía mucho por conseguir. Debemos visibilizarnos para que no se pierda lo que ya hemos logrado. Nosotros estamos aquí para eso, para que la gente sepa que esto no deja de ser una manifestación”. Junto al grupo de Compromís participó Paco Tomás, periodista, escritor y presentador del programa radiofónico Wisteria Lane, que ondeaba la bandera trans.
Este Orgullo no contó con ningún pregón ni lema, algo que me sorprendió y de lo que no me había percatado años anteriores. Le salva que siempre ha habido una parte reivindicativa en el desfile, por pequeña que sea.
Me acerqué a Paco Tomás para preguntarle sobre esto, sobre la importancia de que haya un lema y no desaparezca la parte de protesta: “Hay que recordar que esto nace de una revuelta para reivindicar unos derechos y libertades. No podemos dejar que la parte reivindicativa se difumine debajo de la lúdica porque entonces llegarán partidos políticos o corrientes ideológicas que lo conviertan en una fiesta popular y se acabe todo lo reivindicativo. Somos las personas del colectivo LGTBIQ+ las que debemos recordar que lo que estamos celebrando es que durante muchos años se nos impidió tener dignidad y hoy podemos estar orgullosos de quienes somos. No podemos quitarles las siglas LGTBIQ+ a los Orgullos porque entonces no habrá parte reivindicativa y, por lo tanto, nada que los diferencie del resto de eventos”.
Puesto que no había lema, le pedí a Paco Tomás, como figura destacada en nuestro país para la comunidad LGTBIQ+ por su implicación y activismo, que me dijera uno para poder plasmarlo aquí: “El lema que tenemos que casi tatuarnos es ‘Ni un paso atrás’. Estamos viviendo unos momentos en los que hay gente con la tentación de retroceder, y eso es lo que no podemos permitir”.
Tras ellos, y justo antes de la parte festiva, seguía otro grupo reivindicativo, Costatgirls, una asociación de Torrevieja formada por hombres, en su gran mayoría extranjeros afincados en la costa Blanca. “Somos hombres que tenemos una parte femenina para expresarse, como estamos haciendo ahora; reivindicamos que haya más sitios de seguridad y libertad para nosotras. Somos una parte del colectivo que está un poco escondida y queremos sacarla a la luz, hay muchas personas como nosotras”, me comenta una de las personas que forma parte de Costatgirls.
Tras estos dos grupos reivindicativos, dio comienzo la parte lúdica, una parte alegre y llena de vida súper importante en cualquier Orgullo para celebrar lo conseguido y para mostrarnos visibles. El Benidorm Pride lleva haciéndose catorce años, y este ha sido el que ha contado con una mayor participación a nivel general. Las avenidas estaban repletas de gente disfrutando del desfile. Hasta 20 comparsas y carrozas participaron en el recorrido. Entre las carrozas participantes estaba la de Orgullo de Pueblo de J&B, que sigue pintando de arcoíris numerosos rincones de España. Roi Porto, DJ y artista de la gira de J&B, me contó que su propósito es “visibilizar a la gente del colectivo que vive en pueblos y no ha tenido la oportunidad de expresarse”. Me explicó que “la intención es que la gente conozca el término sexilio, es decir, las personas que han tenido que abandonar su pueblo por desarrollar su identidad, pese a que se querían quedar; queremos que toda la gente pueda desarrollarse libre y sin prejuicios en cualquier sitio”. Por último, me dijo que están contentos con el resultado obtenido: “Llevamos tres años con esta gira y el mensaje ha llegado. Muchos pueblos han copiado nuestra campaña y eso es un éxito para nosotros”.
Tras el desfile, llegó el momento de los espectáculos en el Auditorio Julio Iglesias. Fueron horas de diversión y armonía. La gente pudo disfrutar de numerosos artistas como Jorge González, Vania Vainilla o La Huesito. Entre el público estaban los padres y el hermano de La Huesito. “Las familias tienen que estar antes que nadie, no entiendo a las familias que no apoyan, hay que aceptar a los hijos como son y no complicarse tanto la vida”, me dijo la madre de La Huesito. Para Vania Vainilla, que vino con Orgullo de Pueblo de J&B, fue una cita maravillosa: “Es mi primera vez en Benidorm y me ha sorprendido para muy bien, aunque he pasado mucho calor, hay mucha humedad. Mi lema en este momento es ‘Ni tú ni nadie puede cambiarnos, que nadie te cambie nunca’. La carroza de Orgullo de Pueblo este año se llama Luz porque va dedicada a la primera pareja que se pudo casar en España; uno de ellos nos ha dejado este año”.
Tras mi tour de entrevistas, seguí disfrutando del ambiente tan maravilloso que ofrece la localidad. Vi caras conocidas, pero siempre me gusta entablar conversación con gente nueva. Conocí a un grupo de dos chicas y dos chicos súper majos de Albacete que me trataron como a un amigo más. Los chicos me parecieron súper atractivos, pero resultó que eran las parejas de las chicas. Estuvimos tomando cervezas hasta que el cuerpo ya no pudo más. También conocí a un chico parisino que me cautivo por su simpatía, aunque la noche no pudo resultar como me habría gustado… Tuve que digerir esto y no fue fácil.
Al día siguiente, mi cuerpo estaba devastado, normal después de la cantidad de horas de Orgullo. Era domingo y mucha gente volvía hacia sus casas, pero yo decidí alargar el viaje hasta el lunes para disfrutar un poco más. Mis padres vinieron a visitarme por sorpresa y fue el broche de oro para esta cita que nunca me pierdo desde hace ya unos cuantos años.