Crossing es la nueva película del director sueco de ascendencia georgiana Levan Akin (Solo nos queda bailar). Tras haberse presentado en la Berlinale como filme de apertura de la Sección Panorama (donde fue galardonada con el Premio Teddy del Jurado al Mejor Elenco), pudo verse en el D’A Film Festival de Barcelona. La película arrasó también en el Festival LGTBIQ+ Zinegoak de Bilbao, en donde logró el Premio a Mejor película de ficción y el Premio a Mejor interpretación para su actriz Mzia Arabuli.
El trabajo de Akin se caracteriza por su exploración de la clase, el género y la sexualidad, algo que se puede comprobar de nuevo en Crossing, su cuarto largometraje, protagonizado por Mzia Arabuli, Lucas Kankava y Deniz Dumanli.
Lia (Mzia Arabuli), una profesora jubilada, ha prometido encontrar a su sobrina trans Tekla, a la que su familia dio la espalda años atrás, y que lleva mucho tiempo desaparecida. Acompañada de un joven vecino (Lucas Kankava), su búsqueda llevará a esta inusual pareja hasta Estambul, donde conocen a Evrim (Deniz Dumanli), una abogada trans que les ayudará en su búsqueda. Y se irán formando vínculos entre ellos que les hacen ver claro lo importante que es la familia elegida.
Sobre Evrim, el personaje más positivo e inspirador, que protagoniza el clip que compartimos de Crossing, ha declarado su director (con el que ofreceremos muy pronto una entrevista exclusiva) lo siguiente: «La situación de cualquiera que rompa con lo establecido es compleja en cualquier parte del mundo. Precisamente por eso, quería mostrar a alguien con alegría de vivir incluso en la adversidad. Quería mostrar pequeños gestos de solidaridad entre personas», afirma. «Evrim nace de la amalgama de muchas mujeres trans que conocí en Turquía. Lo que me chocó de estas mujeres fue su seguridad para tirar adelante y seguir peleando sin permitir que las anulen. Quería que el personaje abordase las dificultades de frente».
Explica Levan Akin (uno de los directores de la serie Entrevista con el vampiro) que buscaba hacer una película que hablase principalmente sobre solidaridad y mostrase espacios poco explorados en el cine que se hace en países como el suyo o Turquía. «La cinta está basada en una historia real que escuché mientras me documentaba para hacer Solo nos queda bailar, sobre una abuela que viajó desde Georgia hasta Turquía en busca de su nieta trans», explica. «Tanto en Georgia como en Turquía, las personas LGTBIQ+ están sometidas a una gran opresión, y el presidente turco, Erdoğan, centró la mayor parte de su última campaña electoral en el discurso antiLGTBIQ+«.