Compromís ha denunciado un protocolo “de acompañamiento” existente en los colegios diocesanos de la Fundación San Vicente Mártir, fundamentado en “las teorías de las pseudoterapias de conversión”, para detectar, “perseguir e intervenir” a los alumnos LGTBIQ+. En este reglamento se han usado conceptos como “atracción o proyección” hacia el mismo sexo o el “deseo de cambio de sexo” en lugar de los términos “homosexualidad” o “realidades trans”.
Recibe el nombre de Protocolo para la maduración integral de la persona en su identidad sexual masculina y femenina, ha sido elaborado por el Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valencia (UCV), las Escuelas Católicas de la Comunidad Valenciana, la Fundación San Vicente Mártir y la Asociación Católica de Maestros de Valencia. Según Compromís, el protocolo está disponible en la página web de la fundación.
Francesc Roig, diputado de Compromís, lo ha denunciado en Les Corts, donde ha vinculado este reglamento con las terapias de conversión, pues “lo que hace es tratar a las personas LGTBI como enfermas, porque dice que tienen trastornos de la mentalidad e, incluso, habla de ellas como una falta de maduración”.
Además, según Roig, este protocolo “crea unos equipos de profesionales, docentes de los propios centros, que deben ser gente muy católica e insta a perseguir a estos chicos y hacer unas listas que se han de comunicar a la Fundación San Vicente Mártir”. Y ha añadido: “Es decir, lo que está diciendo es que se han de hacer unas listas de niños y niñas LGTBI y trans para comunicar su situación […] para poder aplicar esas torturas de conversión y amargar la vida a estos menores”.
Llistes de xiquetes i xiquets LGTBI en escoles diocesanes per a sometre’ls a pseudo teràpies de conversió.
Este protocol LGTBI-fòbic que destapem és una de les moltes denúncies que hem rebut.
Ajuda’ns a destapar més casos 👉 https://t.co/YunatE9THT. pic.twitter.com/3Q7WmImmG2
— Compromís (@compromis) September 27, 2024
Este reglamento contempla la creación de equipos para el “acompañamiento e intervención” en cada centro, que tendrán que “detectar casos y diseñar planes de intervención individualizados que pueden incluir la derivación hacia especialistas externos o el apoyo espiritual de sacerdotes expertos en el tema”. Si los docentes observan un conflicto en la identidad sexual de los alumnos, deberán “informar a los responsables del centro cuando aparezcan casos de niños que no se identifiquen con su identidad sexual masculina o femenina”.
Tanto los responsables del centro como los docentes tienen la obligación de “mantener la confidencialidad de los casos, con el máximo respeto y cariño” y de “observar indicios de acoso y discriminación por la condición sexual”.
También, “promoverán modelos de masculinidad y feminidad, de amor y entrega, dignidad, compromiso, donación, fidelidad, maternidad, paternidad, admiración hacia el otro sexo, unidad familiar” para aquellos alumnos que tengas dificultades en “aceptar su identidad sexual”. Y finalmente, establecen unos “indicadores de maduración” entre los que figura “la progresión del alumno en cuanto al conocimiento de sí mismo y la aceptación de su condición psicosexual masculina o femenina”.
Con todo esto, Compromís se plantea poner el caso en manos de la Fiscalía para que abra “las investigaciones y diligencias que toquen”, y ha exigido a la Conselleria de Educación que actúe ya que tiene “la responsabilidad de actuar y velar por la seguridad de los niños y niñas”. Además, ha propuesto la creación de una comisión de investigación, sobre la cual se debatirá a finales de octubre.