Miguel de Molina, nacido en Málaga en 1908 y reconocido como una de las figuras más representativas de la copla española por canciones como La bien pagá y Ojos verdes, fue una víctima de la represión durante el franquismo, tanto por su homosexualidad como por su identificación con la causa republicana. Se vio obligado a exiliarse, y vivió en Argentina, México y Nueva York. Falleció a los 84 años en Buenos Aires.
Este miércoles, 9 de octubre, el Senado ha pedido al Gobierno la exhibición y preservación de su legado como artista coplero, tanto en nuestro país como en el extranjero, y con la implicación del Ministerio de Exteriores y el Instituto Cervantes. Esta moción, propuesta por el Grupo Parlamentario Socialista ha salido adelante gracias al voto a favor del PP, que tiene mayoría en la Cámara Alta, el Grupo Popular Vasco y el Grupo Plural. Vox y el resto de formaciones no han estado presentes en el debate.
Marta Jorgina Saavedra, senadora del PSOE, y María José Ortega, senadora del PP, han coincidido en reconocer al llamado “rey de la copla” como un gran exponente de la cultura de nuestro país y una víctima del régimen franquista. “Presentamos esta moción porque su vida se enmarca en el entorno de la Generación del 27, compartiendo amistas con Lorca o Alberti. Como ellos, padeció la lacra de la intolerancia política del momento. […] Un exilio que también fue interior porque fue vilipendiado por su homosexualidad. Su obra debe ser preservada y que las generaciones actuales y futuras sepan quién fue”, ha señalado Saavedra.
Además, esta iniciativa busca la puesta en marcha de un centro para la exhibición permanente de su legado: “Se podrán explorar vías de colaboración para el impulso de investigaciones, de estudios sobre la historia cultural durante la Segunda República y el régimen franquista”, ha añadido la senadora socialista.
Por su parte, María José Ortega ha afirmado que es una oportunidad “única” para reivindicar tanto su memoria como su legado más allá de España, y ha manifestado: “Miguel de Molina fue una víctima de la represión franquista por su identidad y su arte; es un símbolo de la lucha por la libertad y su reconocimiento debe trascender a nivel nacional”. Su partido ha presentado dos enmiendas que han sido aceptadas. En la primera, piden al Instituto Cervantes “divulgar la vida y obra” para fortalecer el reconocimiento de su figura; y en la segunda, solicitan al Ministerio de Cultura que se implique “activamente” en la promoción de iniciativas que investiguen y estudien el impacto del artista en Iberoamérica.
“Hubiera sido justo explicitar el foco en Miguel de Molina y en el resto de víctimas del franquismo. Pero no nos vamos a oponer a cuestiones culturales de ámbito general”, ha destacado Xavier Ten Costa (Junts), del Grupo Plural.
En cuanto a la ausencia de Vox, Saavedra expresó su sorpresa y lamentó no haber podido conocer su postura sobre el tema, y les invitó a sumarse a la causa en el futuro.
Actualmente, la Casa de Velázquez, ubicada en la calle Paul Guinard nº 3 de Madrid, alberga una exposición titulada Embrujo. Los mundos de Miguel de Molina, que estará abierta al público hasta el 27 de octubre para dar visibilidad a la parte menos conocida del fondo monumental del artista, como correspondencia con familiares, amigos y artistas, libros de prensa, diseños de vestuario y trajes.