En algún momento de nuestra vida, todos necesitamos un cambio de aires. Para encontrarnos a nosotros mismos, para desconectar de nuestra rutina o para curarnos una herida en el corazón. Como le pasó a David Ángel que, tras años viviendo en Polonia, decidió cambiar su vida y mudarse a Vietnam para superar una ruptura amorosa. Ahora, el colombiano está más que instalado en Ciudad Ho Chi Minh, también conocida como Saigón, donde ha rehecho su vida e, incluso, ha vuelto a encontrar el amor.
Su vida navega entre el deporte –es waterpolista profesional– y el diseño de muebles de exterior, de lo que trabaja diariamente. “Cuando llegué a Vietnam no sabía absolutamente nada del país, pero necesitaba cambiar mi vida y me salió una oportunidad de trabajo, así que… me lancé de cabeza. Y no me arrepiento para nada”, explica.
Reconoce que desde pequeño ha sido muy curioso y siempre le ha gustado saber sobre otras culturas y otros países. Gracias a su trabajo ha podido viajar por todo el mundo y conocer otras formas de vivir. “Cuando llegué aquí sentí un choque cultural muy grande. Venía de Polonia, donde la gente es mucho más cerrada y va a lo suyo. Los vietnamitas no tienen filtro y si ven un defecto físico te lo van a decir; o al contrario, si creen que eres guapo te piropean sin pudor. Aunque creo que es una cuestión de idioma. Una de las cosas que más me gustan del país es que no se diferencia tanto de Colombia. Ambos son países tropicales y el clima es parecido, incluso la comida. Hay mucha fruta y platos muy similares, aunque cambia la preparación. Usan sabores muy fuertes, pero a mí me encanta, es lo que más me enamoró”, nos cuenta.
En cuanto a derechos LGTBIQ+, el país aún no reconoce el matrimonio igualitario, pero ha despenalizado la homosexualidad y dejó de considerarla una ‘enfermedad mental’. De hecho, desde 2012 se celebra el Orgullo en varios puntos de Vietnam. “Aquí la gente no te va a decir nada por ser LGTBIQ+, se puede ser totalmente libre por la calle y no hay ningún problema. Y aunque hay una oferta reducida, en Ciudad Ho Chi Minh, por ejemplo, hay varios locales de lo más interesantes. Con shows drags, discotecas de ambiente, saunas, etc. Aquí la comunidad LGTBIQ+ no está en el underground, la gente puede vivir sin problema, sin miedo”.
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De hecho, allí ha encontrado de nuevo el amor y ha podido conocer más de cerca la tradición y cultura regionales: “Mi pareja tiene familia vietnamita y he podido conocer de primera mano su forma de vivir, sus tradiciones, sus costumbres. Por ejemplo, aquí las casas son muy estrechas pero altas, y en la casa familiar de mi pareja tienen un tercer piso dedicado a un altar en honor de los abuelos. Tienen una manera de entender la vida de lo más especial. Aquí todo es comunitario, todo es de todos, y no hay una gran pobreza. Aunque se viva con poco, todo el mundo tiene un techo donde dormir y un plato de comida. La gente es feliz y muy hospitalaria, algo que no pasa en otros países que viven con la frustración de querer más. Los vietnamitas son felices con lo que tienen”.
Y es que Ciudad Ho Chi Minh es todo un paraíso que enamora a cualquiera que lo visita, gracias a su gastronomía, su cultura y su naturaleza de lo más apabullante. No querrás salir nunca de la ciudad más poblada, y una de las más conocidas, de Vietnam.