La Federación Estatal LGTBI+ (FELGTBI+) ha publicado el Informe Estado LGTBIQ+ 2024, que ofrece una radiografía exhaustiva de las condiciones socioeconómicas y laborales del colectivo en España. Los datos son contundentes: a pesar de los avances legales, las personas LGTBIQ+ continúan enfrentándose a desigualdades profundas que limitan su acceso a derechos básicos como el empleo, la vivienda o la seguridad.
El informe destaca que las personas LGTBIQ+ tienen un 13% más de riesgo de sufrir situaciones de pobreza, con una tasa de riesgo del 30,6%. Este dato, que afecta especialmente a mujeres lesbianas y personas trans, se agrava con la elevada precariedad laboral. Un 14,7% de los hogares del colectivo tiene una baja intensidad laboral (menos de dos meses trabajados al año), mientras que la temporalidad sigue siendo una constante y pone en riesgo la estabilidad económica de miles de personas.
En términos de orientación sexual, el 55,1% de los encuestados se identifica como bisexual, una tendencia que se mantiene desde 2023. En cuanto a la libertad para expresar su identidad, un 20% de las personas entre 18 y 24 años se identifica como LGTBIQ+, un dato que contrasta con los tramos de 63-74 y +75 años, donde predomina el porcentaje de respuestas en “no sabe/ no contesta”. Esto subraya que las nuevas generaciones sienten una mayor libertad para expresarse como personas del colectivo.
La edad promedio para hacerse visible como parte del colectivo es de 19,9 años, mientras que la moda y la mediana corresponden a los 18 años. A pesar de ello, un 24,5% de las personas encuestadas no ha revelado aún su orientación sexual o identidad de género. Esta cifra aumenta significativamente en personas mayores de 65 años, donde más de la mitad, un 57,1%, no ha hecho visible su condición como persona LGTBIQ+.
Aunque la tasa de actividad entre las personas LGTBIQ+ alcanza el 78,6%, con un 86,84% de ellas empleadas, hay una tasa de desempleo del 13,1%. Un dato que es aún más preocupante si se pone el foco en el grupo de personas entre los 60 y 64 años, que alcanzan un 40%.
Otro dato significativo es que el 7,8% de los encuestados se vio obligado a cambiar de país, ciudad o residencia debido a su orientación sexual o identidad de género, lo que refleja la permanencia de contextos hostiles.
Con estos datos sobre la mesa, negar la existencia de necesidades materiales y económicas, así como de retos sociales que colocan en situaciones de riesgo de exclusión a las personas LGTBIQ+, cuando es un hecho contrastado, no tiene ningún sentido.