Dentro de los especiales navideños de Apple Music A Carpool Karaoke, presentados por Zane Lowe, una de las invitadas fue la cantante Chapell Roan, y juntos hicieron un viaje por su estado natal, Missouri (Estados Unidos), acompañados por Kara y Dwight, los padres de la artista, sentados en la parte trasera del vehículo.
En el recorrido, la cantante habló sobre cómo la educación religiosa que ha recibido le ha afectado en su vida, sobre todo en lo que respecta a su sexualidad. “Sé que para mucha gente es realmente muy liberador. Para mí fue casi lo contario», explicó. «Sentía que no podía ser yo misma, que lo que yo sentía era pecado, y que iría al infierno sin importar lo buena persona que fuera o cuanto amara a Dios, solo por ser lesbiana”.
Cuenta que llegó un momento en que no podía soportar más la vergüenza que sentía y, aunque está “agradecida” por haber nacido y crecido en Missouri, sintió más libertad para poder ser ella misma cuando se mudó a Los Ángeles. Y añadía: “en una comunidad conservadora, comprendo el miedo y su origen. Da miedo cuando se trata de algo que no sabes o no entiendes. Por eso, cada conversación tiene un grado de dificultad”.
Además, explicó que es importante tener las puertas abiertas, porque de otra manera no hay aprendizaje por ninguna de las dos partes. Su forma de actuar ha sido siempre la de no renunciar a las personas que la ayudaron cuando estaba «en pañales».
A pesar de que se crió con el rock cristiano, nunca se identificó con él, y desde muy joven sintió mucha curiosidad por la música pop. “Era un tira y afloja, aunque no podía identificar realmente por qué me reconocía en ella”. Fue al mudarese a Los Ángeles cuando descubrió que muchas cosas que le habían contado sobre el colectivo LGTBIQ+ no eran ciertas: “cuando fui por primera vez a un club gay, me sentí espiritual”, confesó.