Hace más de dos meses, el árbitro de la Premier League (la liga de fútbol de Inglaterra) David Coote, de 42 años, fue despedido tras un polémico vídeo en el que se le veía insultar a Jürgen Kloop, exentrenador del Liverpool. Durante la investigación por parte del PGMOL (Professional Game Match Officals Limited) para aclarar lo sucedido, aparecieron unos vídeos suyos consumiendo drogas, y surgieron varias informaciones sobre la organización fiestas con estupefacientes antes o después de arbitrar partidos. Por todo ello, Coote fue despedido y, ahora, en The Sun, ha dado explicaciones sobre lo ocurrido.
“Cuando era una árbitro joven, escondí mis emociones y también escondí mi sexualidad: una buena cualidad como árbitro, pero una cualidad terrible como ser humano. Y eso me ha llevado a toda una serie de comportamientos”, explicaba el árbitro David Coote. Y añadía: “Mi sexualidad no es la única razón que me llevó a estar en esa posición, pero no estoy contando una historia autentica si no digo que soy gay y que he tenido verdaderas dificultades para ocultarlo”.
Coote se ha sincerado y ha contado que desde su adolescencia sentía una profunda vergüenza, por lo que no salió del armario con sus padres hasta los 21 años, y con sus amigos lo hizo a los 25. Además, el excolegiado ha confesado las causas del consumo de drogas: “He recibido abusos profundamente desagradables durante mi carrera como árbitro, y añadirle mi sexualidad habría sido realmente difícil. […] Simplemente me permitía escapar del estrés, del trabajo”. Esta decisión estaba relacionada con la discriminación que se sufre tanto en el fútbol como en la sociedad, en la que aún “queda mucho por hacer”.
Emotional ref David Coote bravely comes out as gay
Watch the full exclusive interview here: https://t.co/RGPuzqsTDp pic.twitter.com/VeTznBrFJZ
— The Sun (@TheSun) January 27, 2025
Además, el árbitro ha asegurado que haber salido del armario estando en activo le habría posicionado como “esa persona que saca la cabeza por encima del parapeto para que lo disparen, dado el abuso que todos recibimos como árbitros en cualquier evento”.
Un ejemplo de ello son las amenazas que ha recibido estos últimos meses tras los insultos proferidos a Kloop: “He recibido mensajes de aficionados furiosos que esperaban que hubiera tenido un accidente cuando volvía a casa después de un partido. No sólo querían que muriera, sino que me quedara paralítico para que sufriera todos los días del resto de mi vida”.