El pasado sábado, Natxo Lezkano debutó como entrenador del equipo de baloncesto Movistar Estudiantes –que milita en la liga Primera FEB– en el partido disputado en la ciudad de Santiago de Compostela contra el Obradoiro. Lamentablemente, el entrenador vasco fue noticia, pero no por su papel dirigiendo al equipo (que por cierto, perdió por 90-73) sino a raíz del comentario homófobo que hizo durante el descanso.
“No podemos salir a la pista y correr como mariquitas, me cago en Dios”. Estas fueron las palabras de Natxo Lezkano a sus jugadores en el tiempo muerto. El comentario, que se pudo escuchar durante la transmisión en directo del partido, causó mucho revuelo en redes, e incluso ha habido voces que han pedido su dimisión.
«No podemos salir a la pista y correr como mariquitas» dice el entrenador de Estudiantes, en pleno siglo XXI. Perdieron de 17 puntos contra Obradoiro. No a la homofobia. https://t.co/UzOZoyR38Q
— Fonsi Loaiza (@FonsiLoaiza) March 22, 2025
Tras las críticas, Natxo Lezkano publicó un breve comunicado de disculpas al acabar el partido a través de los canales oficiales del club. “Quisiera expresar mis más sinceras disculpas por el comentario inapropiado que hice durante el partido. Fue un momento de tensión y no fue mi intención ofender a nadie. Lamento profundamente lo sucedido y reitero mis disculpas a todos».
Las disculpas del entrenador han provocado reacciones muy diversas en X (antes Twitter), que se dividen entre quienes rechazan de plano su comportamiento y quienes consideran que es un comentario inofensivo y que no había motivo para pedir disculpas.
«Quisiera expresar mis más sinceras disculpas por el comentario inapropiado que hice durante el partido de hoy. Fue un momento de tensión y no fue mi intención ofender a nadie. Lamento profundamente lo sucedido y reitero mis disculpas a todos.»
— Movistar Estudiantes (@MovistarEstu) March 22, 2025
Comentarios como este demuestran que la homofobia sigue estando muy presente en el mundo del deporte, aunque, sin duda, hay casos mucho más graves que el de esta desafortunada frase. Recordemos, sin ir más lejos, que hace unos días el futbolista gay australiano Josh Cavallo denunciaba que sigue recibiendo “múltiples amenazas de muerte”.