Cuando Evie, una mujer trans de Indonesia, empezó a trabajar en casa de la antropólga Ann Dunham, nunca podría haber imaginado que aquel niño al que todos llamaban Barry acabaría siendo el primer presidente negro de los Estados Unidos. Era 1969, Barack Obama solo tenía 8 años, y tampoco podía imaginar que aquel joven que le cuidaba y le llevaba al cole era en realidad una mujer trans.
La infancia de Evie no fue fácil. Su propio padre le golpeaba porque no podía aceptar que su hijo fuese ‘mariquita’. El acoso que recibía fuera y dentro de casa hizo que dejase sus estudios y empezase a trabajar como cocinera. Gracias a su talento en los fogones, consiguió trabajo en casa de Obama, después de que su madre, Ann Dunham, probase sus guisos en una fiesta.
Durante los dos años que Ann Dunham y sus hijos vivieron en Yakarta, Evie fue la niñera de Barack, aunque confiesa que “era demasiado pequeño” y probablemente no supiera que era trans. A pesar de que, según sus vecinos, Evie salía de la casa maquillada y con vestidos, nunca dejó que el pequeño Obama la viera así. “Y nunca permití que me viera con ropa de mujer. Pero algunas veces me vio cuando me probaba el pintalabios de su madre. Eso solía hacerle gracia”, confesó en una entrevista hace más de 10 años.
La vida de Evie volvió a ser un infierno después de que, en 1971, Ann Dunham decidiese volver a Honolulu con sus dos hijos. La antigua niñera de Obama se vio obligada a prostituirse, en un tiempo en el que la dictadura del general Suharto perseguía y torturaba a las prostitutas. Tristemente, en 1985 la policía asesinó brutalmente a una de sus compañeras y Evie tuvo que volver a vestirse como un hombre para poder sobrevivir en una Indonesia que no respeta a las personas trans.
Esta historia salió a la luz en 2012, sin embargo, pasó rápidamente al olvido. Ahora, más de una década después, Rusly Cachina se ha encargado de rescatarla del baúl de los recuerdos, para que todes podamos conocer a Evie.
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