Con motivo de la semana del Día de la Visibilidad Lésbica, la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más (FELGTBI+) alerta de que 1 de cada 3 mujeres lesbianas ha sufrido acoso y 1 de cada 10 ha sufrido una agresión física o sexual, según la investigación Estado LGTBIQ+ 2024. Este estudio, realizado por FELGTBI+ y 40dB, también desvela que el 35% de las lesbianas de la generación Z (entre 18 y 24 años) ha sufrido acoso escolar.
La coordinadora del Grupo de Políticas Lésbicas de FELGTBI+, Inés B. García, explica que las mujeres lesbianas están expuestas a un elevado grado de violencia en todos los ámbitos. “Al margen del acoso y la violencia física y sexual, enfrentamos también discriminación laboral, hipersexualización y estigmatización en ámbitos tan diversos como la cultura, la política, la sanidad, el deporte o la educación”, alerta.
“En España, aunque contamos con marcos legales que reconocen nuestros derechos, la igualdad real sigue sin llegar a todas. La lesbofobia, alimentada por los discursos de odio, sigue estando presente en nuestras calles, en las aulas, en los medios de comunicación y en las instituciones”, expone. En este sentido, apunta que “además, ser lesbiana racializada, migrante, tener alguna discapacidad, vivir en un entorno rural o ser joven o de edad avanzada, aumenta los niveles de vulnerabilidad y discriminación”.
Por eso, desde FELGTBI+ reivindican la necesidad de un Pacto de Estado contra los Discursos de odio hacia los grupos vulnerables, que evite la legitimación de la violencia y la estigmatización desde los ámbitos públicos y las redes sociales. “Exigimos un compromiso institucional firme frente a los discursos de odio, así como políticas públicas con perspectiva interseccional y una educación en diversidad afectivo-sexual real y efectiva, que ayude a combatir el acoso escolar, la desinformación y los prejuicios”, declara García.
Además, manifiesta que “las mujeres lesbianas reivindicamos la existencia de referentes visibles, de representaciones dignas y diversas en todos los espacios”. “No aceptamos retrocesos. Nuestros derechos no se debaten, se garantizan, y nos vemos obligadas a seguir defendiéndolos ante la amenaza de los movimientos ultras antiderechos que cada vez toman más fuerza a nivel internacional”, concluye.