Cuatro años después de revolucionar la industria española con Puta, Zahara deja atrás la rabia para abrazar su lado más lúdico y amable con Lento ternura, su nuevo álbum de estudio, con el que está dando la vuelta a España por diferentes festivales. Sin olvidar su parte más reivindicativa, la cantante ha decidido pasárselo bien sobre el escenario, en el que incluso se atreve a cantar dentro de un policlean, tal y como aparece en la portada del disco.
Además, Zahara será la encargada de dar el pregón del Orgullo de Jaén, de donde es natural, y está preparando un concierto especial en Madrid para el próximo 15 de junio, donde promete mostrar una versión extendida del show que está haciendo en esta gira de festivales. Hemos hablado con ella del concepto de este nuevo trabajo, la falta de paridad que sigue imperando en los carteles de los festivales y de su bisexualidad, de la que nunca antes había hablado.
SHANGAY ⇒ Estás que no paras… ¿Cómo lidias con tantos proyectos creativos y tu propia vida personal?
ZAHARA ⇒ A veces me siento prisionera de mi propia creatividad, porque parece que a todo lo que hacemos hay que sacarle provecho, no se hace por el simple disfrute de hacerlo. Ya no tanto por el hecho de monetizarlo, que también, sino de desarrollarlo. Si tengo una idea, necesito llegar hasta el fondo con ella. Hay veces en las que la creación es más pasiva, y estoy guardando cosas dentro para después volcarlas. Lo que sí que intento es no llevar un control de cuánto escribo, cuánto compongo y demás, porque entonces sí que me genera ansiedad. Prefiero dejarme fluir y aprovechar cada momento que vivo o cada historia que conozco para hacer algo con ello. Me encanta crear y tener ideas.
SHANGAY ⇒ En esta nueva era estás más disfrutona que nunca… ¿Por qué ese cambio con respecto a tu anterior disco?
ZAHARA ⇒ De alguna manera necesitaba romper con Puta. Fue una etapa muy oscura y violenta, estaba enfadada y no había hueco para el hedonismo. Era algo que me pedía el cuerpo en ese momento, y aunque en los conciertos se montaba una fiesta, era siempre desde la visión de un discurso superdoloroso del que yo salía muy cansada emocional y físicamente. Ahora, con Lento ternura me nace todo lo contrario, porque ya me he desahogado y me siento mucho más ligera, más libre, y alegre. Aun así, cuando tuve claro el concepto del disco, empezaron a aparecer temas como Demasiadas canciones, que parecía que no tenían cabida en este nuevo tono. Pero me he dado cuenta de que incluso estando felices podemos seguir enfadándonos.
«Nos estamos perdiendo una escena fascinante por seguir programando a los mismos grupos de señoros blancos cisheterosexuales de siempre»
SHANGAY ⇒ Justo en esa canción sigue habiendo mucha molestia por la industria musical…
ZAHARA ⇒ Es que hay cosas que me tocan el coño, y estoy cansada de tener que llevar yo el peso de quejarme siempre de lo mismo. Pero es que… ¿por qué los demás no se quejan? Estoy haciendo una gira por festivales en los que, en muchos de ellos, soy la única mujer del cartel. ¿Cómo puede seguir pasando eso? Con la cantidad de mujeres talentosísimas o personas LGTBIQ+ que hacen música increíble desde los márgenes… Nos estamos perdiendo una escena fascinante por seguir programando a los mismos grupos de señoros blancos cisheterosexuales de siempre. Es algo que me jode mucho, tío. Me molesta tener que cantar en festivales así, porque hay una energía muy incómoda y tengo que romper con ciertas barreras en las que poder sentirme a gusto haciendo lo que hago en el escenario. ¿Por qué Caracazador o Jimena Amarillo no están en esos mismos festivales, cuando mueven a muchísima gente y tienen proyectos alucinantes? ¿La gente no se cansa de ver que Zahara es la única tía en todo el cartel? Porque yo sí.
SHANGAY ⇒ ¿Y crees que pasa por el propio público o es culpa de los programadores?
ZAHARA ⇒ Lo que el público quiere es pasárselo bien y disfrutar, y le gusta la música. Y se lo pasa igual de bien con unas Ginebras o una Amaia que con el resto de cuatrocientas mil bandas de pavos. No es una cuestión de público, ni siquiera de tickets. Obviamente, hay bandas que venden muchísimo, eso es innegable, pero debería haber una intención de los programadores de que haya paridad en los carteles, sobre todo cuando muchos festivales tienen subvenciones públicas. La ley no exige paridad, pero invita a los festivales a que velen por ella.
SHANGAY ⇒ En medio de todos esos festivales, el 15 de junio haces una parada para un concierto en Madrid… ¿Qué nos puedes contar?
ZAHARA ⇒ Como vamos dentro de esta gira, va a ser un poco una extensión del show que estamos haciendo, pero mucho más especial. Me encanta aprovechar la idiosincrasia de los grandes escenarios para darlo todo: tarimas que se elevan, cintas de correr, el policlean… Y este, además, en un espacio como el Botánico, que es un lugar precioso con una acústica buenísima. Justa esa misma noche también actúa Caracazador, al que quiero mucho y tiene una propuesta supe bonita y es fantástico como artista. Tengo muchas ganas, además, por el público con el que me voy a reencontrar. Con mis gays and girls, mis maricas y mi gente del colectivo que va a estar ahí dándolo todo conmigo.
«El público LGTBIQ+ me hace sentir una reina y sé que, si me caigo, siempre me van a sostener»
SHANGAY ⇒ Además, el público LGTBIQ+ siempre te ha querido mucho…
ZAHARA ⇒ Para mí son superimportantes, me hacen sentir una reina y sé que, si me caigo, siempre me van a sostener. Puedo estar tocándome las tetas y el coño, sintiéndome una diosa, sin tener que pensar que estoy seduciendo a ningún hombre. Sin sentirme una juzgada o una guarra, o creyendo que alguno me quiere violar. Me elevan, me gritan «dilo, reina, dilo» y me siento feliz y en mi lugar seguro.