La polifacética artista bisexual afincada en Madrid Kinara, criada entre Sudáfrica (donde nació) y Argentina (adonde se marchó a los 16), está actualmente centrada en su carrera como DJ, cantante y productora. Cada vez más conocida, se va abriendo camino con todas las ganas del mundo, tanto en las cabinas de los clubs como con su música (su más reciente single es Underground, junto a nusar3000). Y sigue buscando nuevas vías de conexión.
SHANGAY ⇒ ¿Por qué te viniste a Madrid hace un año?
KINARA ⇒ Ya había venido una vez a trabajar con la Bresh, y me encantó. Hice muchos amigos y vi que podía dedicarme a trabajar como DJ de manera independiente, no quería atarme a un proyecto. Llevaba trabajando con ellos desde los 19, y al cumplir 23 me di cuenta de que quería centrarme en mi proyecto. Hacerlo en Argentina era imposible, la infraestructura no ayuda. A lo mejor me ofrecían 30 euros por pinchar una noche… Encima, viviendo con un gobierno terrible, fascista y LGTBIfóbico. Tras las elecciones lo vi claro.
«Los espacios hetero en que pincho siguen siendo muy masculinos, más unga-unga, nada que ver con los queer»
SHANGAY ⇒ Tras la reciente Underground, ¿hay nueva música tuya a la vista?
KINARA ⇒ Sí, sacaré un par de singles más y ya confío en publicar un álbum a final de año, producido por mí. En los adelantos he trabajado con distintas texturas de lo urbano, mezcladas con estilos populares como el funky. Para el disco estoy trabajando en un sonido vanguardista, con un approach más para adentro, con jazz fusión, elementos de cumbia, world music… Será mi manera de decir «soy una friki, nadie me entiende» [risas].
SHANGAY ⇒ ¿Cómo ves la escena de DJs para mujeres como tú?
KINARA ⇒ Ahora es mucho mejor que hace unos años, pero tenemos que seguir ocupando más lugares. Todavía son los espacios queer los más friendly hacia las mujeres, pero en los heteros, en los que también pincho, siguen siendo muy masculinos, más unga-unga. El mansplaining todavía campa a sus anchas y no se nos respeta igual.
SHANGAY ⇒ ¿Qué supuso para ti crecer siendo queer en un país como Sudáfrica?
KINARA ⇒ De adolescente, tenía normalizado dentro de mí que me gustaban las chicas, aunque era consciente de que la sociedad heteronormativa no mandaba ese mensaje, así que no lo compartía con nadie. Recuerdo ir en coche con mis padres por Johannesburgo (nací en Sudáfrica), pasar una chica hermosísima y decirle a mi papá «che, la amo quiero casarme con ella». Al recibir un feedback negativo, entendí que la norma social era otra. Y no quería que mis amigas me miraran de manera diferente… Encima, también me gustaban los chicos, entonces evitaba a toda costa tener que dar explicaciones.
«En la industria musical las mujeres sufren mucho el síndrome del impostor»
SHANGAY ⇒ ¿Fue mejorando la cosa?
KINARA ⇒ Cuando mi primera amiga lesbiana salió del armario, noté que teníamos mucha afinidad. Veíamos juntas Glee, The Rocky Horror Picture Show, su mamá nos llevaba a comer con sus amigas drags, fuimos con ella a nuestros primeros ballrooms… Tenía como 13 años, y por fin encontré gente con la que me podía mostrar como era. Reconozco que me habría gustado haber podido salir con chicas abiertamente siendo adolescente, y no haber tenido que estar en el armario, pero no pudo ser. Claro, Sudáfrica es Sudáfrica, y me tuve que enfrentar a muchas luchas a la vez, porque es un país también bastante racista. Fue al mudarme a Argentina a los 18 años cuando por fin pude empezar a ser realmente yo, y hacerlo además sintiéndome parte de la comunidad queer.
SHANGAY ⇒ ¿Cómo te sientes a día de hoy?
KINARA ⇒ Estoy en un momento bueno, muy contenta. No solo porque estoy pinchando mucho, también porque sigo haciendo nueva música para mí y también estoy produciendo a otra peña. Ahora estoy muy en esa, quería desarrollarme en esa faceta. Siento que en la industria musical las mujeres sufren mucho el síndrome del impostor, porque está copada por hombres hetero cis que dicen que lo saben todo. Así que, en los últimos dos años me he preparado mucho para que no me hagan sentir así.